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Cuatro mozas isleñas, tres de ellas pertenecientes a un ballet moderno que a diario, en los días de verano, va de hotel en hotel ofreciendo su show a los turistas, y la otra componente de un ballet andaluz, se han juntado y han formado un can-cán con todas las de la ley en cuanto a vestimenta se refiere, que además se la ha confeccionado la madre de una de ellas, con lo cual les ha salido de calidad y más económico que si lo hubieran tenido que comprar en la tienda.

Ellas son Rosemary, Blanca y Xisca, las componentes del ballet moderno, y Loli, la del español, que no por ello dejan de hacerlo muy bien bailando el can-cán, cosa que pueden comprobar a primeras horas de cada tarde "14.30 horas" en el saloon del Western Park.

El constituir este ballet no les ha sido difícil. «Hemos trabajado algunas temporadas en el ballet del Casino, y la experiencia nos ha valido. Luego ha sido cuestión de aprender a base de ensayo los cuatro o cinco pasos del can-cán», dicen. Observamos que no llevan botines sino zapatos normales. «Es que nos van mejor que aquéllos, nos movemos con más facilidad.

Pero por lo demás, es verdadero can-cán», y para que no haya la menor duda, aparte de hacernos una exhibición del baile, nos muestran ligueros, enaguas con volantes, medias y braguitas con adornos en la zona de los glúteos. ¿Que quiénes son los espectadores más, digamos, apasionados? Sin duda, los italianos. Hay veces que hasta se suben al escenario. Normal. ¡Es que están tan ricas!