La jornada reunió a numerosos niños de todos los lugares del planeta. Foto: M.A.CAÑELLAS.

TW
0

Marina Lili, de 16 meses de edad, llegó a Mallorca desde Pekín cuando sólo contaba con 8 meses. Desde entonces sus padres adoptivos han hecho todo lo posible para que el período de adaptación a otra familia, otro país, y sobre todo otra cultura sea lo menos traumático posible. Un hecho que han conseguido por completo. La sonrisa y el brillo de los ojos de Marina irradian una felicidad sin límites propia de los niños.

Ella junto a una gran cantidad de pequeños, que se encuentran en su misma situación, se reunieron en la tarde de ayer en el Parc Infantil del Castell de Bellver en la Trobada familiar d'estiu, organizada por la Associació Illes Balears d'Adopcions (AIBA). En este encuentro los niños adoptados, de diferentes países, o biológicos pudieron disfrutar de una apetitosa merienda, de un improvisado castillo de goma y de la actuación de un grupo de payasos, que arrancó las carcajadas de todos los allí presentes, pequeños y mayores.

Ésta es la segunda vez que AIBA lleva a cabo una reunión de tales características. «El objetivo primordial -resaltó Ramón Rotger, presidente de esta asociación- es fomentar la legalidad y la transparencia de las adopciones, mediante un encuentro lúdico». Por su parte, los padres manifestaron su gran aceptación a esta convocatoria, porque, según sus propias palabras, «estos actos nos unen; son muy gratificantes porque de esta manera mantenemos un contacto constante entre nosotros». El alcalde de Palma, Joan Fageda, y la consellera de Benestar Social del CIM, Josefina Sintes, se acercaron hasta esta trobada.