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El pasado mes de agosto, en el marco del Pla Mirall Centre, se iniciaron las obras de reordenación de la calle Bonaire y la reforma de la pavimentación de las calles de la zona del Passeig Mallorca, popularmente conocido como barrio de Sant Jaume de Palma. Unas obras marcadas por la polémica entre vecinos y comerciantes. Las opiniones estaban divididas: mientas unos se mostraban a favor de la peatonización de la calle Bonaire, otros no eran del mismo parecer. Finalmente la zona será semipeatonal, con una pavimentación adecuada para su nuevo fin.

Las obras empezaron en la calle Baró Santa Maria del Sepulcre, en el tramo comprendido entre las calles Berenguer de Sant Joan y la calle Aragonés, y se han ido continuando en las calles Gregori de Salambé, Jaume Duran, Hug De Ribesaltes y Aragonés, hasta la calle Bonaire. El presupuesto total de las obras es de unos ciento setenta y cinco millones de pesetas y el plazo de ejecución previsto para la reforma, que, según el Ajuntament de Palma se está cumpliendo sin novedad, es de seis meses.

De hecho, y a causa de las obras, desde finales de agosto se desvió el tráfico en la calle Bonaire. Para acceder a esta zona se debe entrar por la calle Baró Santa Maria del Sepulcre y desviarse a la derecha por la calle Joan de Cremona. Paseando, a pie de obra, todavía se puede observar un gran movimiento de maquinaria pesada "tal y como puede apreciarse en las fotografías" levantando el asfalto para su posterior reposición por un empedrado mucho más adecuado a las labores de zona semipeatonal. Mientras, en otros tramos de la zona ya va tomando forma la remodelación y adecuación del terreno a su nueva imagen.