La alcaparra mallorquina busca hacerse un hueco entre los productos alimenticios que se distribuyen en tiendas especializadas y enfocadas a un consumidor que busca la calidad por encima del precio. En esta línea, la única sociedad agraria de transformación (SAT) que comercializa la alcaparra mallorquina, Sa Llubinera, ha firmado un convenio con las conselleries de Agricultura y de Comerç i Indústria para promocionar este producto, que en Mallorca se cultiva básicamente en Llubí y Campos.
Como explica el presidente de la SAT Sa Llubinera, Miquel Ramis, «es indudable que la calidad de la alcaparra mallorquina es superior, pero hemos tenido que abrirnos nuevos mercados porque ante nuestro cliente habitual "las cadenas hoteleras" no podemos competir en precios contra empresas privadas que importan la alcaparra desde Àfrica, Grecia o Turquía, donde la mano de obra es muy barata».
Efectivamente, la recolección de la alcaparra es una labor ardua que se realiza en verano y de forma manual. En la última campaña, la SAT ha incorporado a su cadena de distribución la alcaparra de Campos, que junto a la que se recoge en Llubí, ha dado como resultado pasar de los 5.200 a los 11.700 kilos de producción. Los precios para el agricultor se han estabilizado en torno a las 600 pesetas el kilo de alcaparra pequeña, la de mayor demanda, y a las 100 pesetas las grandes.
En el marco de estos acuerdos alcanzados por el Govern, la SAT y los ayuntamientos de Llubí y Campos, los encurtidos de Sa Llubinera estarán presentes en Alemania, en la importante feria de alimentación que se celebra en Colonia. En Balears, estos productos se encuentran en colmados especializados y en el Club del Gourmet. «Introducirnos en las grandes superficies es ahora la asignatura pendiente y la más difíci», asegura Ramis.
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