Recuerdos de una vida

Por la mañana, la presidenta del Consell, Maria Antonia Munar, en un acto protocolario en el Palau Reial, concedió unas placas conmemorativas a los representantes de los educadores de los centros de menores, así como a la Associació d'Educadors, en representación de todos aquellos que trabajan con menores en diferentes instituciones o ámbitos.

Entrada la tarde, se llevó a cabo un reencuentro entre estos profesionales y los niños, ahora ya mayores, en la Llar de la Joventut. Muchos de ellos han mantenido el contacto durante los años, pero para otros era la primera oportunidad de reunirse con sus compañeros de la infancia. Sin duda la experiencia fue emocionante para todos, ya que pudieron compartir vivencias pasadas. Para tal fin, también se organizó una mesa redonda, bajo el lema «Records de la meva estada al centre», y una exposición fotográfica de la historia de la Llar, en las que los jóvenes remomemoraron sus etapas pasadas en los centros de acogida. Sor Cinta, una de las educadoras más veteranas, lleva desde 1953 trabajando al servicio de la infancia. Ayer su corazón se llenó de jubilo al reencontrarse con algunos de «sus niños», como ella misma les llama.

La consellera de Benestar Social, Josefina Sintes, también estuvo presente en este reencuentro como antigua educadora y ex directora de la Llar. Junto con su hija adpotiva Antonina, recién llegada de Rusia, la consellera resaltó la necesidad, hace algunos años, de transformar los internados en hogares infantiles, para que la vida de los niños se normalizara y fuese equiparable a la de cualquier pequeño dentro del núcleo familiar. En la actualidad, y desde la Conselleria, se intenta reforzar esa idea, promocionando el acogimiento familiar, ya sea temporal o permanente. Ella misma ha dado ejemplo y ha optado por la adopción de Antonina. «Hay que mirar la adopción desde el punto de vista del niño, dejando a un lado los intereses personales», explicaba Sintes.