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Desde que la reforma educativa se puso en marcha, son muchos los jóvenes que disfrutan de nuevas y originales asignaturas opcionales dentro del marco de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Parece ser que hemos regresado a la era antigua, cuando el padre, o el maestro correspondiente, instruía al discípulo en distintos quehaceres prácticos, que le servirían para desenvolverse por la vida con mayor soltura.

En la actualidad, los alumnos no sólo estudian las tradicionales asignaturas, como matemáticas o historia, sino que también descubren otras enseñanzas mucho más prácticas, como el taller de madera, electromecánica, fabricación de juguetes en madera, imagen y expresión y comunicación audiovisual, entre otras. Muchas de ellas están destinadas a los grupos de diversificación, es decir, alumnos que no consiguen los objetivos marcados por el sistema educativo y que de esta forma tal vez puedan encontrar un mundo que les apasione y al que puedan dedicarse profesionalmente. Aunque los grupos ordinarios también participan en algunas de ellas.

El objetivo del temario impartido en este ciclo es introducir a los estudiantes en estas prácticas para que obtengan una visión inicial, y después, si lo desean, continuar su aprendizaje en otros centros especializados en estas materias. En el caso de la electromecánica, ésta se divide en tres grandes bloques: la electricidad, la mecánica y la neumática, donde se trabaja con circuitos básicos.

En el taller de madera se fabrican distintos objetos, como marcos de fotos, cajas, portalápices, relojes, candelabros, e incluso juegos de mesa. Otro atractivo de estas opciones es que el sistema de evaluación ha prescindido del tradicional examen final, para otorgarle mayor importancia a los trabajos prácticos que el alumno realice durante el curso y, por ello, los estudiantes se esfuerzan en culminar con éxito sus trabajos, ya que de ellos dependerá su calificación final.