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El conseller de Treball i Formació del Govern, Eberhard Grosske, explicó ayer que el índice de siniestralidad laboral en Balears ha descendido un 2'18 por ciento en los once primeros meses de 2001, aunque ha aumentado la cifra total de accidentes y la de víctimas mortales. Desde Treball se evalúan estos datos «positivamente», por cuanto, tal y como explicó Grosske, la tasa de incidencia de siniestros en el trabajo ha bajado por primera vez desde la creación de su Conselleria, en 1996, afirmando que los accidentes mortales «tienen un comportamiento errático», al margen de las estadísticas globales sobre la siniestralidad.

Los datos de enero a noviembre de 2001 son claros. En lo que ha transcurrido de este año se han producido 28.825 accidentes laborales en las Islas (un 2'48 por ciento más que en 2000), aunque, según explicó el conseller, «el logro más importante ha sido rebajar el índice, que se calcula cotejando las cifras de siniestros con el número de trabajadores», apuntó el conseller de Treball.

«La siniestralidad laboral en Balears era un cohete que no paraba de subir y ahora hemos conseguido detener esa progresión», añadió el conseller, quien, a pesar de los datos opinó que la situación de Balears en este terreno sigue siendo «globalmente mala».

Por Islas el descenso más importante se ha dado en Eivissa y Formentera, donde el índice de siniestralidad ha pasado en un año de 117 a 110, mientras que en Mallorca esa diferencia es apenas de dos puntos de 96 a 94. En Menorca, en cambio ha aumentado un punto de 87 a 88. El conseller explicó, con los datos en la mano, que el problema de los accidentes de trabajo sigue afectando más a Balears que al conjunto del Estado Español, una diferencia que, según el propio Grosske, es «tradicional» y que se debe a las particularidades productivas de las Islas.

El conseller recalcó que los 23 muertos contabilizados hasta la fecha "respecto a los 16 de 2000 y los 8 de 1999" «no van ligados al conjunto de la siniestralidad y así lo demuestran los gráficos de años anteriores» y apuntó que «en algunos de los años en que la siniestralidad laboral se comportó peor, superando en hasta 20 puntos el índice del ejercicio anterior, el número de víctimas mortales fue relativamente más bajo», puntualizó el conseller.