La finca que adquirió realce de la mano de un cardenal con gusto
italiano, el cardenal Despuig, quedará finalmente en manos de la
presidenta del Consell de Mallorca, heredero del Gran i General
Consell, casi 400 años después de que el primer Despuig la
adquiriera en el año 1620. La gran reforma que se hizo en 1798
consolidó el jardín que se mantiene en la actualidad y que ha
valido la declaración de Bien de Interés Cultural para toda la
finca.
La institución que tiene las competencias sobre estos bienes es
quien finalmente se hará con la posesión de Raixa, si no vuelve a
surgir un nuevo contratiempo como el padecido recientemente por el
Ministerio y el Consell. Porque la compra de la finca ha estado
rodeada de misterio y sorpresa y de un guión propio de una película
de serie B, la antítesis del magnífico argumento de la Bearn que
allí se rodó en 1982.
El anuncio del interés de Matas y Munar por comprar Raixa se
formalizó en octubre de este mismo año, después de que los
propietarios de la finca llevaran años recorriendo todas las
instituciones para que alguna de ellas se hiciera con la propiedad
ante la imposibilidad de mantenerla en condiciones. De los 800
millones que costaba hace cuatro años, Raixa pasó a quedar tasada
en 1.260 millones, que es la cantidad que pactaron Matas y Munar
con los propietarios. Sin embargo, los problemas administrativos
surgieron de inmediato: la tasación de los técnicos no llegaba a
los 1.260 millones.
Inmediatamente se supo que la diseñadora alemana Jil Sander
estaba interesada en hacerse con la propiedad de la finca, seducida
especialmente por sus jardines. Para asegurarse la propiedad, el 20
de noviembre firmó una opción de compra por 1.400 millones, de los
que ofreció un adelanto de 500. Al Consell le quedaban dos meses
para ejercer su derecho de tanteo y retracto y, a pesar de que
Sander ofreció a Munar la posibilidad de constituir una fundación,
la presidenta ha preferido aportar 400 millones de pesetas, pero
disponer de toda la finca. En cualquier caso, aún no hay nada
firmado; hay tiempo hasta el día 20.
El origen: la veraniega reunión
Matas-Munar
La polémica surgida con las moratorias y el desencuentro entre el
Pacte y UM no es ajeno a la compra de Raixa por parte del
Ministerio y del Consell. De hecho, en plena polémica por las
moratorias, Jaume Matas y Maria Antònia Munar acaparaban todas las
portadas debido a una sorprendente cita tras años de desencuentro
político entre ambos. Aquella comida fue el germen de la posterior
compra y Matas aprovechó las malas relaciones entre Munar y sus
socios para comprometerse a adquirir la emblemática finca, muy
deseada por Munar.
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