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EFE/R.L.
El 40% de las transacciones "pago y devolución" se realiza ya en euros en la eurozona y el 94 por ciento de los ciudadanos dispone ya de la nueva moneda única europea, lo que supone duplicar las cifras registradas el miércoles pasado. El euro avanza con fuerza a pesar de que el Banco de España ha reconocido que la logística preparada para el reparto de la nueva moneda ha fallado debido a la gran avalancha de solicitudes de cambio de moneda, que cogió desprevenidos a buen número de entidades bancarias en todo el país, y también en Balears.

Aunque el 97 por ciento de los cajeros automáticos ya funcionan sólo en euros, algunos bancos han tenido problemas técnicos e incluso han retrasado hasta el lunes las operaciones de cambio de pesetas a euros. El entusiasmo de los ciudadanos por el euro se traduce en que durante estos primeros días efectuaron gran parte de los pagos en pesetas para agotarlas y recibir el cambio en la nueva moneda, en detrimento de los pagos con tarjeta. Las colas en los bancos se repiten y se espera que los comercios en Balears aumenten aún las solicitudes de cambio ante el inminente comienzo de las rebajas de invierno, previsto para el próximo lunes.

Por otra parte, el portavoz de Pedro Solbes, comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, pidió a los europeos que «intenten cambiar sus monedas nacionales en los bancos y no en los comercios», para evitar «pequeños problemas de disponibilidad de billetes pequeños en euros» en algunas tiendas al final del día. Hasta la fecha se detectaron tres casos de falsificación en Alemania, dos de ellos «burdas reproducciones de billetes pegadas» y «una fotocopia de un billete de 20 euros», según la Comisión, que añade que «hasta ahora no se ha registrado ninguna falsificación seria».

Hoy será un día decisivo, sobre todo en España, víspera de la festividad de los Reyes Magos y último día para que los consumidores compren los regalos que intercambiarán mañana. Se espera que a lo largo de la próxima semana se vaya normalizando la situación en la medida en que queden cada vez menos pesetas en circulación y se generalice todavía más el uso de la nueva moneda única europea con transacciones en las que dejen de utilizarse billetes grandes.