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Existen diversos adjetivos que parecen de uso obligatorio e inevitable en determinadas circunstancias. De este modo, en el fútbol nunca hay rival «pequeño», los espectáculos de sucesos siempre son definidos como «dantescos», los poetas antiguos siempre son calificados como «egregios», y las sequías en nuestro país siempre son denominadas como «pertinaces». Bueno, o al menos ha sido así hasta hace unos meses.

Quizás sea cierto que, como dice el refrán, nunca llueve a gusto de todos, pero las lluvias que han empezado a caer de forma regular a partir del mes de noviembre han resultado beneficiosas para casi todos, con la excepción de las registradas conjuntamente con el temporal en el citado mes de noviembre. Los embalses de Cúber y Gorg Blau se encuentran ahora casi al 90% de su capacidad, pero cabe recordar que el día 1 de noviembre, hace apenas dos meses, se encontraban tan sólo al 7'07%, una de las peores cifras de estos últimos y secos cinco años.

Fue precisamente en noviembre pasado cuando el nivel de reservas fue aumentando de manera progresiva gracias a las lluvias caídas. El día 15 de noviembre las reservas de agua en los pantanos se encontraban ya al 59'58% y el 30 de noviembre superaban el 70%. Durante la primera quincena de diciembre se alcanzó el 80%, por lo que se empezó a infiltrar agua al embalse subterráneo de s'Extremera para evitar posibles desbordamientos de los embalses. Dichas infiltraciones continúan en la actualidad y proseguirán hasta que Cúber y Gorg Blau se sitúen por debajo del 80% de su capacidad.

Balears entró en 2001 en su quinto año consecutivo de sequía, igualando con ello su peor registro en el último medio siglo. En marzo de 2001 los dos embalses se encontraban al 46'6% de su capacidad, pero la ausencia de lluvias durante los meses de marzo y abril, normalmente lluviosos, hizo que se llegase a una delicada situación durante el pasado verano.

En agosto del pasado año Cúber y Gorg Blau se encontraban al 14'13% de su capacidad, mientras que en el mismo periodo de 2000 se encontraban al 8'89% de su capacidad, una cifra aún más preocupante. En agosto de 1999 los pantanos se encontraban al 37% de su capacidad y en agosto de 1998 al 63'2%. Si nos situamos de nuevo en 2000, cabe destacar que en mayo Cúber y Gorg Blau se encontraban al 19% de su capacidad y medio año más tarde, en noviembre, al 16'94% de su capacidad. Para intentar paliar en lo posible la situación de sequía, la desaladora fija entró en funcionamiento en el verano de 1999 y las desaladoras móviles se pusieron en marcha a partir de agosto de 2000. Si las lluvias continúan, en un futuro ya sólo serán «pertinaces»... las reservas de agua.