Después de un largo viaje, los tan esperados Reyes de Oriente desembarcaban ayer a las 19.00 horas en el Port de Palma para repartir los correspondientes regalos entre los niños de la Isla. La visita de sus Majestades alteró el orden público, y ya desde una hora antes de su llegada los primeros tramos del Passeig Marítim estaban inundados de personas, mayores y pequeños, que esperaban ansiosas el desembarco de los protagonistas de la noche.Con sus alforjas repletas de presentes y de ilusión, los tres Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar, llegaron en esta ocasión a bordo de un flamante velero, que desencadenó la ovación del público expectante.
Después de un breve saludo a las distintas autoridades que se concentraban en el dique, estos héroes inmortales se encaminaron, a lomos de unos majestuosos camellos, hacia las principales de calles de Palma, donde recibirían los cariñosos saludos del público diminuto. Los gritos de «Gaspar», «Melchor» y «Baltasar», entonados por tiernas voces infantiles, se sucedieron a lo largo de toda la cabalgata. Sus Majestades, acostumbrados a estos desfiles, saludaron y besaron con paciencia a los niños que se agolpaban, deseosos de recibir aunque fuera una mirada de estos magos.
El Passeig Sagrera fue el punto de partida. Un total de 17 carrozas temáticas, tres más que el año pasado, y tres carruajes cargados de regalos fueron contempladas por las más de 160.000 personas que se agolpaban en las calles céntricas de Palma. Uno de los puntos que acogió mayor cantidad de gente fue la plaça de Cort, donde los Reyes fueron recibidos por el alcalde, Joan Fageda, que les entregó la llave de la ciudad y les acompañó en su saludo desde el balcón. La anécdota de la noche fue protagonizada por el rey Melchor, que tuvo pequeñas complicaciones de equilibrio con su camello a su llegada a Cort. Pero afortundamente todo se quedó en un susto.
Sin duda, la antesala a los Reyes la protagonizó en Guai, el Mico de TeleNova, que era requerido por todos sus fans televisivos durante el trayecto de la cabalgata. Este año, el desfile se desarrolló bajo un hilo argumental principal en la primera parte, que comprendía carrozas que hacían referencia a diversos episodios del Antiguo Testamento, pero desde una visión infantil y sencilla. Esta primera parte, se cerró con una gran estrella, un portal de Belén de estética mallorquina, como preludio de la llegada de los tres Reyes Magos. Detrás de ellos, se abrió paso la segunda parte de la cabalgata, con una temática más lúdica a partir de la representación de personajes y motivos que despiertan el interés de todos los niños, como por ejemplo Shrek, los Simpsons y Pinocho, entre otros.
Las carrozas que tal vez gustaron más a los mayores fueron las que iban acompañadas por comparsas musicales, que alegraban el recorrido real. Seis fueron estas carrozas; además había otras cuatro comparsas formadas por 15 personas, con sus propios elementos musicales, que se situaron en los diferentes puntos de la comitiva. La Banda de Música de Palma y dos agrupaciones musicales más animaron con sus interpretaciones el desfile.
Una de las grandes novedades de este año fue la colocación de dos pantallas de televisión, una en el Moll Vell y otra en Cort, para facilitar la visión al público. Además, también es importante destacar la retransmisión de esta cabalgata por la televisión autonómica catalana TV3. Esta retransmisión corrió a cargo del mallorquín Miquel Piris y la catalana Fina Brunet, que quisieron dejar constancia con sus comentarios de las posibles diferencias tradicionales que mantienen la Navidad mallorquina y la Navidad catalana. El acento mallorquín de Piris y el catalán de Brunet subrayó estas pequeñas diferencias. Pero esta emisión en directo quiso también acentuar la unión entre mallorquines y catalanes. Esta emisión, que duró una hora, se pudo ver, vía satélite, en Europa y América.
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