La contratación de personas con discapacidades psíquicas por las
empresas nos resulta hoy un casi deber de éstas, un gesto
políticamente correcto que, sin embargo, ni es tan frecuente como
se podría desear ni llevamos tantos años practicándolo.Las primeras
experiencias de integración laboral en la empresa ordinaria de
trabajadores con discapacidades se iniciaron en Mallorca en el año
1991 y fue ésta la segunda tentativa europea, tras el ejemplo de
Irlanda.
Por aquel año, tres iniciativas comenzaron a allanar tímidamente
el camino de la integración laboral de los, a priori, menos
capaces: el Centre Migjorn del ayuntamiento de Llucmajor
(gestionado por Intress), el centro Cipres del Consell Insular de
Mallorca y los talleres de formación laboral del Ajuntament de
Palma y Coordinadora Federación Balear de Persones amb
Discapacitat.
Paralelamente a estos ensayos, el Consell de Mallorca estudiaba
desde hacía algún tiempo el modelo de apoyo al empleo que desde
quince años antes funcionaba en los Estados Unidos y, finalmente, a
comienzos de 1991 se constituyó el primer equipo de lo que se
denominaría el programa «Treball amb suport». Este se definió como
una metodología de acompañamiento, guía y apoyo de personas con
discapacidad -psíquica, sensorial e incluso física- para facilitar
su adaptación a un puesto de trabajo.
Era pues imprescindible la colaboración de los empresarios, a
los que se pedía que contrataran personas que tradicionalmente no
contaban para el mundo laboral, en un momento, además, en que la
tasa de paro a nivel estatal rondaba el 20 por ciento. Los
principios, por tanto, no fueron fáciles, pero poco a poca la
respuesta del empresario mallorquín fue cada vez mejor y aquella
experiencia piloto -cofinanciada por el CIM y la colaboración entre
el Inem y las corporaciones locales-, ha cumplido ya su primera
década y es hora de hacer balance.
Las cifras hablan de que 162 personas (102 hombres y 60 mujeres)
han pasado por el programa entre 1991 y 2001, de las que 143 (89
hombres y 54 mujeres) han sido contratadas por alguna empresa
durante estos años. Sólo durante el año recien despedido el
programa ha permitido la contratación de 77 personas discapacitadas
(50 de ellas hombres y 28 mujeres) y en la actualidad 22 personas
(9 hombres y 13 mujeres) integran en la bolsa de empleo del
programa.
Empresas de todo tipo "agrícolas, panificadoras, de hostelería,
de servicios, de limpieza y mantenimiento, de construcción,
industriales o comerciales", organizaciones no gubernamentales,
residencias de mayores, guarderías infantiles o administraciones
públicas han hecho posible la contratación de discapacitados,
mediante contratos temporales en unos casos pero también
indefinidos y a jornada completa en otros. Los datos así expuestos
no reflejan la trascendencia que en las vida de estas personas ha
supuesto el poder acceder a un empleo, algo, en un principio,
impensable para muchas de sus familias. Gabriel Llompart Paredes,
de 33 años, fue el primer discapacitado psíquico que recibió un
contrato de trabajo a través de este programa.
Desde hace doce años forma parte de la plantilla de una empresa
cárnica y por el momento no tiene intención alguna de cambiar, se
siente bien pagado y encantado con su empleo. Su madre, con la que
vive, no esconde su satisfacción por lo que su hijo ha logrado.
Andreu Melis es mozo de almacén y para él su trabajo «significa
muchas cosas, tengo un trabajo como el resto de la gente, gano algo
de dinero para poder salir y así puedo mandar un poco más en mi
vida, sin depender de los demás».
Aunque siempre surgen percances, los preparadores laborales
-figura imprescindible de esta metodología de trabajo- están
siempre ahí «para ir resolviendo y capeando las dificultades que
aparecen», explicó Bartomeu Rigo, miembros de la Mesa de Trabajo de
la que forman parte las entidades que en Balears desarrollan
programas de inserción laboral con la metodología de «Treball amb
suport». «Si bien cada uno trabaja por su cuenta, seguimos un mismo
método e intentamos unificar los esfuerzos», añadió. Esta mesa está
compuesta actualmente por el Govern balear, los ayuntamientos de
Palma y Calvià, Aspas, Coordinadora, Intress, Amadip y Unac.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.