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Pues abundando en lo que comentábamos días atrás referente al poco partido que por parte del Govern se le está sacando a Mallorca en invierno, con clima, oferta complementaria y estructura enviadables, nos encontramos con que, a nivel particular, los hay que sí le sacan partido, viniéndose a la Isla a realizar cursillos y, de paso, a disfrutar de su sol, gastronomía y bellos parajes.

Lo digo, porque días atrás, habiendo hecho una parada en el hotel rural Monnàber Nou (Campanet), me encontré con que un grupo de médicos alemanes, de la mano del doctor Mario Scheib, especialista en Medicina Psicoterapéutica, de Seminarios y Salud S.L. Palma, asistía a un curso de una semana, cuyo tiempo libre entre clases lo dedican a tomar el sol, bañarse y la tarde de asueto que tienen a visitar las cuevas de Campanet o a darse un rulo por Palma.

El cursillo en cuestión, de los que Mario Scheib suele dar uno por mes, es para que los médicos puedan llegar a conocer mejor a sus pacientes. «¿Que si influye el buen clima en la actitud de los cursillistas? Por supuesto que sí, de forma muy positiva además, ya que ellos, al sentirse mejor, más cómodos y más relajados, pueden rendir más», asegura.

Suelen ser grupos de unos veinte médicos, aunque el de esta vez es reducido, pues no son más de diez, que llegan de distintos puntos de Alemania y Austria a Son Sant Joan, «desde donde, a través de diversos transfers, traemos hasta aquí». En ocasiones viaja con ellos algún paciente.