Las inversiones extranjeras en las Islas Baleares se multiplicaron
casi por 10 durante la década de los noventa, al pasar de
21.966.692 euros (3.654.950.000 pesetas) en 1993 a 180.649.000
euros (30.057.484.514 pesetas) en el año 2000. El crecimiento de
estas inversiones, lejos de detenerse con la entrada del nuevo
siglo, ha alcanzado la cifra récord a lo largo de 2001, cuando,
sólo durante el primer semestre, prácticamente se igualó la cifra
del año más destacado de la década anterior, según se observa en el
gráfico adjunto. Estas cifras provienen de un estudio elaborado por
la Conselleria d'Economia, Comerç i Indústria a partir de datos
suministrados por la Dirección General de Comercio Exterior e
Inversiones del Ministerio de Economía.
Aunque el análisis no permite distribuir por sectores económicos
el total de las inversiones, la Conselleria de Economia sospecha
que el grueso se concentró en el mercado inmobiliario, teniendo en
cuenta el boom que experimentó durante la última década del siglo
XX. Para el vicepresidente y conseller d'Economia, Pere Sampol, los
datos no admiten muchas interpretaciones: «En contra de algunas
opiniones, desde que gobierna el Pacte de Progrés las inversiones
extranjeras se han duplicado en las Islas y eso demuestra la
confianza de los inversores. La inseguridad de que hablan algunas
patronales no se corresponde con el boom inversor actual».
Efectivamente, en 1999 las inversiones extranjeras fueron de
89.501.000 euros, el año siguiente se multiplicaron por dos y sólo
en el primer semestre del 2001 se multiplicaron por tres.
En el ránking estatal, Balears ocupó en el primer semestre del
2001 la quinta posición por detrás de Madrid, Cataluña, el País
Vasco, Andalucía y Canarias. Según los datos suministrados por el
Ministerio de Economía, nuestra Comunidad Autónoma ha incrementando
su atractivo para los inversores junto con Asturias, Canarias,
Extremadura y el País Vasco. Para explicar la cifra récord
alcanzada durante el primer semestre del 2001, algunos expertos
apuntan los efectos de la transición al euro. No obstante, el
informe de coyuntura económica de Hispalink aporta una
interpretación de un cierto interés. Las moratorias del Govern y
del Consell adelantaron buena parte de las obras de construcción y
provocaron la «última aceleración en la actividad del sector».
A pesar de eso, Hispalink no prevé para este año una caída en la
construcción, sino un crecimiento del 5'3 por ciento. Para el
Govern, la desaceleración en el sector inmobiliario no es
contemplada como un dato preocupante. Contrariamente, se considera
que pondrá fin a la escalada inflacionista en los precios de las
casas, a la vez que reducirá la presión sobre el territorio y el
medio ambiente. El Ejecutivo opina que el «sobrecalentamiento» de
la economía balear había llegado a extremos insostenibles que
ponían en peligro la calidad de vida y la supervivencia del modelo
económico.
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