Las calles del centro de Palma se llenaron de gente y de ambiente festivo a pesar de que el tiempo no fue benigno. FOTO: JOAN TORRES

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El Mercat Pagès instalado en la Plaça de la Drassana y alrededores del Consolat de la Mar, organizado ayer con motivo del Dia de les Illes Balears, acaparó la atención de miles de visitantes durante toda la jornada, a pesar de la climatología inestable. En estos recintos se recreó una feria de finales del siglo XIX reuniendo en numerosos stands una muestra de productos típicos elaborados de forma artesanal que siguen todavía muy vigentes en Mallorca. Para dar aún mayor autenticidad a la época reseñada, se contó con la presencia de animadores que dieron vida a un capellán (Joan Carles Bestard) junto a varias beatas vestidas de riguroso luto; una pareja de la Guardia Civil (Rafael Pizarro y Toni Casasnovas), luciendo antiguos uniformes; un extraperlista (Vicente Alberola) provisto de un gran alijo; una familia con sus hijos y las criadas; un sereno (Camilo Casasnovas); un vendedor de periódicos (Josep Mercadal); y una vendedora de caracoles y hierbas frescas (Joanaina).

Todos ellos representaron sus parodias con gracia y mucha originalidad y la música popular mallorquina amenizó el mercado. Estuvo a cargo de una colla de xeremiers y el canto de ximbomba de los alumnos y los profesores Antònia Mussola, Biel Collut, y Toni Ballador, de la Escola Festa de sa Ximbomba de sa Pobla. En el Passeig de Sagrera, en el tramo peatonizado frente al Consolat de la Mar, los piratas, muy bien caracterizados con sus disfraces, fueron protagonistas de incruentas batallas a bordo de dos barcos que se desplazaban con ruedas. Los animadores socioculturales invitaban a los más pequeños a subirse a las naves y desde allí se disparaban «bombas», eso sí, de polvos de talco, resultando un espectáculo por demás divertido.

Pasadas las once de la mañana, salieron de la sede del Govern balear por la puerta que da a la calle Llotja de Mar el presidente del Govern balear, Francesc Antich, acompañado por el vicepresidente, Pere Sampol, y los consellers Toni Garcias, Aina Salom, Francesc Quetglas, Margalida Rosselló, Príam Villalonga y Fernanda Caro. Su aparición fue interceptada por el capellán, quien acusaba al presidente Francesc Antich sobre la moralidad de algunas mujeres; la Guardia Civil, que detenía al extraperlista, y distintos vendedores. La consellera de Sanitat, Aina Salom, que se distinguió por su elegancia, con humor y simpatía cedió a que el médico-dentista-barbero (Martí Fons) la auscultara haciéndola sentar sobre un norai de marès.

Desde allí, y en medio de una gran multitud, recorrieron los típicos puestos entre los que destacaron el del maestro arader menorquín de Sant Lluís, Pedro Pons; el de la Associació de Forners i Pastissers, donde vimos elaborar distintas especialidades de ensaimadas mallorquinas; el de higos secos y macerados de Pollença; el de sobrasadas y butifarrones de Sóller; el de siurells y el de Can Joan de s'Aigo, donde se formaba cola para poder comprar chocolate con quartos. El público pudo adquirir también otros productos, como fueron bacalao en salazón, hierbas secas, almendras, cocarrois y cestas y sombreros de palmito. Fue jornada de buenas ventas para los que instalaron allí sus puestos, la oferta resultó variada y de mucha calidad.

En el patio de la Conselleria de Presidència se inauguró la exposición itinerante Cooperació per al desenvolupament, referente a una de las expresiones de la solidaridad de la sociedad hacia los pueblos desfavorecidos del mundo. Una expresión de la colaboración sin ánimo de lucro en la promoción de una sostenibilidad que permita conseguir sociedades más justas y desarrolladas social y económicamente. También es el conjunto de acciones que buscan el desarrollo de una comunidad mediante proyectos.