«Hablar del aceite es fácil. Se pueden decir muchas cosas, tanto
por su importancia histórica como por su valor. Los siglos XIX y XX
supusieron los últimos momentos de su esplendor. En los años 60 los
cultivos empezaron a decaer y en los 80 se produjo un fenómeno
importante: la recuperación del aceite a partir de una inversión en
la cooperativa de Sóller que permitía embotellar.
Ahora el olivar va creciendo cada año». Mateo Morro, conseller
d'Agricultura i Pesca del Govern balear, detallaba de esta manera
la situación que vive el sector olivarero mallorquín, descripción
que realizó en la inauguración de las IV Jornadas técnicas sobre
calidad del aceite de oliva virgen, en la Banca March.
En el acto estuvo acompañado por Àlvaro González, director de la
Agencia para el Aceite de Oliva del Ministerio de Agricultura;
Carme Roselló, miembro del departamento de Química de la UIB, y
Manuel Larrotcha, presidente del Patrimonio Comunal Olivarero. El
programa de estas jornadas se inició ayer con la presentación del
libro «Efecto de las condiciones de almacenamiento sobre la
conservación de la calidad del aceite de oliva virgen» y con la
conferencia «Vida útil del aceite de oliva», a cargo de Susana
Simal, de la UIB.
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