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Identifica la jubilación con una etapa personal y la levanta sobre dos pilares fundamentales: la salud y el dinero. La vida es tiempo y la jubilación es una etapa de la vida que roza la libertad, donde se rescatan del corazón valores como la amistad y donde se ven de cerca grandes temas de la vida, como la muerte. José María Carrascal, periodista y escritor, pronunció ayer por la noche una conferencia en el Club Ultima Hora en la que disertó sobre su nuevo libro «Jubilación. La plenitud de la vida» y dio algunas pinceladas a su intenso trabajo como periodista. Con el Teatre Municipal de Palma lleno, Carrascal se refirió en primer lugar a la amistad como «lo más importante del mundo» en respuesta a las palabras formuladas por Pere A. Serra, presidente del Grup Serra, en las que calificó a Carrascal de «un viejo y buen amigo que tuve la ocasión de conocer hace ya más de treinta años».

Con toques de humor y cierta nostalgia, Carrascal afirmó que «en la jubilación falta tiempo porque seguimos haciendo otras muchas cosas que antes no hacíamos. Todo en esta vida es recuperable (el amor, la salud, el dinero), pero el tiempo no; se pierde y se va para siempre». Carrascal, creador del editorial televisivo, vive de lleno una jubilación ajena a las obligaciones y donde prima la voluntad. El escritor afirma que no existe una jubilación generalizada, sino que cada persona mantiene una jubilación personal. «Me dijeron una vez que no podía hablar de la jubilación de forma tan despreocupante, sin tener en cuenta a las personas con una pensión miserable. Es cierto, hay tantas jubilaciones como jubilados».

El libro, lleno de ideas (afirma que en periodismo las ideas son también noticias) está dirigido a los hombres «porque por suerte o por desgracia la mujer no se jubila nunca. Ellas no pueden decir "hoy no me levanto de la cama", pero convendría que los hombres ayudáramos a hacer la cama desde la otra parte», afirma. Carrascal es consciente de que vive la jubilación desde una situación privilegiada, con cierto desahogo económico. «Es dramático no tener dinero para terminar el mes. Yo reivindico la pensión de viudedad completa para las mujeres. Es injusto que no reciban la paga completa». El periodista y escritor señaló que existe una pasión por todo lo joven y que algunos mayores protagonizan «escenas patéticas por imitarlos. Nuestra época idolatra a la juventud, se le premia a ella y a la experiencia se le aparta. Dentro de poco habrá que buscar a los ejecutivos a la salida de los institutos. Lo más fructífero es el contacto con las generaciones».

Carrascal habla con pausa de todos los pensamientos e ideas que ha plasmado sobre el papel. El libro, escrito en Nueva York, responde a una primera petición frustrada de la editorial Planeta por escribir su biografía. En el libro, Carrascal se olvida de su intenso trabajo peridístico y reflexiona sobre lo que algunos llaman «de forma muy cursi» la tercera edad. En ella, coloca como pilares esenciales dos puntos: la salud y el dinero. «La salud es fundamental en cualquier época de la vida, pero en la jubilación, a las enfermedades normales se les une el desgaste, las goteras, los achaques, que no nos permiten gozar plenamente de ella. Si falla la salud, la jubilación puede ser un verdadero tormento».

Respecto al dinero, señala que «no hace falta tanto dinero como uno se cree. De joven se tiene poco y se aprende a apreciar. En la madurez es necesario para comprar el piso, el coche nuevo....y en la jubilación se gasta menos porque decrecen las necesidades: se come menos, ¿trajes?, te das cuenta de que no te hacen falta más, (corbatas tengo hasta morirme), el piso está pagado...Con una pensión de 150.000-200.000 pesetas se puede vivir». «Hay algo curioso -añade-. Mucha gente cuando se jubila continúa ahorrando, no gasta toda la pensión. Yo les aconsejo que se lo gasten todo, que no dejen nada para sus nietos, lo que ocurre es que son costumbres difíciles de cambiar porque toda la vida han estado ahorrando».