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Antigüedades y auténticas obras artesanales se exponen hasta el 24 de marzo en el recinto de Fires i Congressos de Balears, en Palma, que se inauguró ayer con la asistencia de las primeras autoridades. Estuvieron en el acto la delegada del Gobierno, Catalina Cirer, la presidenta del CIM, Maria Antònia Munar, y el alcalde Joan Fageda. Una nueva edición de AnticArt, la octava, que acoge a 79 expositores rebosantes de objetos con más de cincuenta años de historia. Precios asequibles y otros no tanto en una feria que hace las delicias de los amantes de las antigüedades y las obras de arte, además de ser un paraíso para coleccionistas, galeristas y restauradores.

La seguridad de la autenticidad de las piezas expuestas está garantizada por un comité técnico que revisa a diario el producto que se pone a la venta a los visitantes de AnticArt. A lo largo de la feria se realizarán una serie de programas y actividades, acogiendo a reconocidos profesionales del sector. En esta ocasión, realizando un paseo por los diferentes stands, destaca la presencia de una extensa muestra de mobiliario de los siglos, XVII, XVIII y XIX, además de numerosas piezas de porcelana o vidrio.

En nuestro recorrido llaman la atención hermosas piezas talladas en marfil y plata del siglo XVIII con temas alegóricos sobre el vino y la fruta, así como un precioso jarro con asa en forma de mujer. Otro de los objetos, de los muchos curiosos que nos encontramos por nuestro paso, son una serie de cantimploras japonesas, además hay, a pesar del paso de los años, brillantes armaduras, espadas, dagas, navajas y objetos militares de gran calidad. Para los navegantes, pueden ver una preciosa barra de bar de barco, muy bien conservada, de la época de art decó de la escuela de New York. En definitiva, AnticArt 2002 muestra excelentes antigüedades para forofos y curiosos, pero no se olviden de los euros.