Hablan del Congo, su país, e inevitablemente surge la corrupción,
la pobreza, las guerras étnicas, la ayuda internacional y la
complejidad de todo un sistema sin estabilidad económica y
política. Los médicos congoleños Annie Habimana y Cisé Mbongo
hablarán hoy sobre la solidaridad, el progreso y la dignidad humana
en una mesa redonda organizada por la Asociación Juvenil
Massanella, con motivo del centenario de Jose María Escrivá de
Balaguer, fundador del Opus Dei. El matrimonio Mbongo vive desde
Pamplona, lugar donde prepara la especialidad, la inestabilidad
política de su país.
«El problema que sufre el Congo, como otros países, es cuando se
gobierna por poder, por tener, no se buscan intereses comunes. Sin
estabilidad política, no se puede hacer nada. La guerra necesita
dinero para comprar armas y todo lo que produce el país se destina
a comprarlas. La economía está por el suelo, no hay trabajo»,
afirma Cisé Mbongo. La imagen congoleña que llega hasta España es
gris, «pero hay mucha gente que trabaja aportando sus valores, su
formación. La ayuda internacional más importante es no fomentar la
guerra. La ignorancia de los derechos hace que una dictadura
perdure. Es más fácil sublevar a una población sin cultura que
cuando la hay», añade su mujer Annie Habimana.
Los dos han trabajado en Monkole, un hospital situado en la
periferia de la capital Kinshasa, promovida hace diez años por
algunos miembros del Opus Dei. «Es un centro que nació pequeño, en
un barrio muy pobre, sin agua y sin luz. Los habitantes del barrio
pensaban que era para el hombre blanco. La gente se ha dado cuenta
de que es para ellos y lo consideran algo suyo. Nosotros
regresaremos al Congo cuando acabemos la especialización. Aunque ha
habido saqueos, los centros de La Obra han sido respetados porque
la gente sabe que trabajan para ellos», añade Annie Habimana.
Saben que es necesaria una mínima democracia para que el país
avance, pero confían en su ejemplo y en el de otros muchos para
formar a la población en unos valores que luego transmitirán. «Un
cristiano tiene una responsabilidad social que asumir. Hay que
ayudar al que más lo necesite en el lugar donde uno esté», añade
Cisé Mbongo. «La gente es solidaria como lo entiende, hay que
entender bien la solidaridad. Es fácil dar una limosna, pero a lo
mejor dedicas poco tiempo a los tuyos, a tu familia. No se puede
decir que la gente no es solidaria porque no es totalmente
insensible», afirma su mujer.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.