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Uno de los grandes atractivos de la procesión del Jueves Santo de Palma son los pasos que son llevados en procesión a hombros de costaleros. El que más revuelo levanta y más admiración despierta es el paso de palio de La Esperanza. Pedro Barceló, vicepresidente de la cofradía, lleva 36 años como cofrade y 10 años como responsable del paso. Éste señaló que «para llevarlo disponemos de dos turnos de 28 hombres cada uno, además de cuatro guías y un capataz. Estos últimos se deben aprender el itinerario para apreciar las dificultades. Lo realizamos de noche, a pie, con unas maderas de las dimensiones de la altura y ancho del paso, mientras la Policía Local colabora abriéndonos paso.

Luego, hacemos una lista de lo que necesitamos y la pasamos al Ajuntament y éstos al Cos de Bombers si se tercia. Nos ayudan bien podando árboles, levantando cables eléctricos, y en la retirada de letreros o andamios». El peso del paso todo armado es de 1.300 kilos, lo que se traduce en unos 50 kilos por hombre. Sus dimensiones son de 2'61 metros de ancho; 4'91 metros de alto sin los costaleros y de 5'30 metros con ellos. Las pruebas con las maderas las hacemos sobre los 5'50 metros. Pedro Barceló recordó que «el esfuerzo es de todos y cada uno de nosotros. Nadie cobra un euro para llevar a La Esperanza».

Con Pedro estuvo Bernat Fuster, quien señaló que «este año cumplo quince años llevando a la Virgen como promesa». También Juan Sanchís Quetglas, quien subrayó que «yo llevo siete años llevándola por devoción». Durante la procesión se hacen 4 o 5 cambios de grupo y las órdenes se dan a través de martillo. Debajo se observa un silencio total. Preguntamos a Pedro Barceló si surge el canto de alguna saeta durante el trayecto, a lo que respondió que «el Jueves Santo pueden cantarle unas cuatro o cinco y en puntos muy estratégicos. El Viernes Santo no se las cantan, puede que una, pero no, no suele suceder. En caso que surjan paramos marcando el paso, pues suelen ser muy breves y luego continuamos».

El Viernes Santo vale la pena acercarse a Sant Francesc para ver salir este paso. El gentío allí congregado no cesa de aplaudirles cuando realizan sus giros para saludar a la Virgen de la Salud cuando es mecida por sus costaleros. Este último paso de palio pertenece a la cofradía de la Sagrada Cena y Nuestra Señora de la Salud, que preside Miguel Comeche. La imagen de la Virgen es de gran belleza y cuenta también con su grupo de costaleros y varios de apoyo. El Viernes Santo, al finalizar el recorrido de la procesión, los cofrades la acompañarán hasta la iglesia de Santa Fe, donde tiene su devoción. Los cofrades de La Salud reparten entre el público estampas de la titular, en lugar de confites.