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Desde ayer los sin techo deberán ir como puedan a Son Llàtzer si precisan visitar al médico, puesto que visitas externas del Hospital General ha cerrado. «A mí me parece muy bien que se abran sociosanitarios "dice Jaume Santandreu" pues son necesarios ya que cada vez hay más enfermos crónicos. Pero de eso a cerrar consultas externas y urgencias del Hospital Provincial y mandarnos al quinto pino, que para nosotros, sin recursos ni medios de transporte, es Son Llàtzer. ¿Quién, de nosotros, puede ir allí, a no ser que te gastes 30 euros, que es lo que debe de costar un taxi? ¿De dónde los sacamos? En cambio, con el Hospital Provincial funcionando, si estabas en Can Gazà ibas en autobús, y si andabas por Palma, a pie. Pero Son Llàtzer está muy lejos y los sin techo no saben llegar».

"Tengo entendido que no hace mucho tuvisteis una reunión para resolver este problema, ¿no?
"Sí, la hubo. Y nos aseguraron, primero, que no se iban a cerrar urgencias en el Hospital Provincial, cosa que no ha sido así. También nos mintieron al decirnos que consultas externas iban a funcionar en él hasta septiembre...

Jaume Santandreu señala que la solución de este problema, «dentro de lo que cabe, no es difícil: que quienes utilizan coche oficial, pagados por nuestros impuestos, las horas que no los necesiten los manden a la plaza de España a que acompañen a quienes lo necesiten, pobres, marginados, gente de a pie como esa viejecita que a pie iba a la consulta, etc., a Son Llàtzer. Que empiece dando ejemplo la consellera de Benestar Social, que es comunista y responsable de lo social, y que sigan los demás». Antonio Hermoso es una de esas personas que van a tener que ir a Son Llàtzer, cosa que no se explica, «pues, enfermo de leucemia "dice" y con una pierna escayolada, ya me dirá cómo llego».

"En ambulancia.
"No puedo. Can Gazà está asignado a Son Dureta. Y como mi médico pertenece a Son Llàtzer ahí me mandan. Y yo, la verdad, no me puedo costear un taxi.

"¿Y cómo iba de aquí al Hospital Provincial?
"Pues aparte de que de esta casa salen a diario gente con coche en dirección a Palma, por aquí pasa el autobús que te deja al principio de la cuesta del hospital.

Pero peor lo tiene el pobre Ibrahim, nacido en Sierra Leona, donde la guerrila mató a sus padres y hermanos, teniendo que salir huyendo, para luego, de polizón en un barco, llegar a Canarias, donde le acogieron como refugiado, y después de muchas peripecias, y de pasar una temporada en Eivissa, terminar en Can Gazà, adonde llegó de la mano de Médicos del Mundo. «A través de estos pedí a la Embajada de Sierra Leona en Londres que me arreglaran los papeles para poder trabajar, pues estoy indocumentado, ya que de casa salí con lo puesto. Pero en la embajada me han dicho que no saben quién soy, que no me conocen, por lo que no me facilitan ningún papel». Lo suyo no es solamente que no puede ir al médico, sino que no puede salir a la calle por indocumentado. Así que, ¿cómo se las arregla el bueno de Ibrahim? ¿Se corta las venas o se las deja crecer?