«La caída del 17 por ciento del visado de nuevas obras es una
situación que la edificación de la vivienda arrastra desde el
pasado año en la Islas, incrementado por el efecto de las normas
cautelares del verano pasado», dijo el decano de Colegio de
Arquitectos de Balears, Antoni Ramis. Según los datos provisionales
de Mallorca, en el primer trimestre de 2002 se visaron 1.349 obras,
frente a las 1.456 del mismo período de 2001. El descenso es del
7'35 por ciento, al que se añade el 10 por ciento acumulado en todo
el pasado ejercicio. Ramis matiza, no obstante, que la edificación
en Balears había subido mucho en los últimos años.
«El tiempo que se prolongue esta situación dependerá de las
normas cautelares, de que sigan en vigor o no, aunque ello no
implique que una vez levantadas, se vuelva a construir con el vigor
de años pasados», dijo el decano del Colegio de Arquitectos, que
añadió: «Una vez que se haya estabilizado o desaparecido la
inseguridad jurídica, y ya se sepa lo que se puede edificar en
suelo urbano o rústico, la tendencia irá a la estabilización, no
necesariamente al alza». La caída acumulada del 17 por ciento
afecta, básicamente, a la vivienda plurifamiliar, como efecto de la
norma cautelar, según Ramis.
«El descenso de la actividad no es sólo por el efecto de la
norma cautelar, sino que también influyen el descenso del mercado y
de la norma territorial cautelar. El suelo es cada vez más escaso y
como consecuencia de ello se ha encarecido. Y tiene una difícil
solución, ya que mucho más suelo nuevo no lo habrá. Y sus efectos
serán un tema a estudiar y a seguir muy de cerca», afirmó. Menos
obras visadas, menos trabajo para los 900 arquitectos inscritos en
el colegio. «Este descenso de la actividad afecta a los arquitectos
de Balears y al propio sector de la construcción en un contexto
general, desde aquel que tiene una pequeña empresita hasta las
grandes constructoras», dijo Ramis. El «boom» de la construcción y
la liberalización del mercado en la Unión Europea propició que a
Balears vinieran muchos arquitectos, tanto europeos como de la
Península. Ramis explicó que muchos de ellos han venido contratados
directamente por el promotor. «En Balears hay unos 900 arquitectos
colegiados en las Islas, pero hay otros 900 que no son residentes,
pero que vienen, hacen una obra y se van», señaló.
Otros colectivos de profesionales también apuntan a una caída
generalizada de la construcción en las Islas como consecuencia de
la moratoria urbanística. De esa manera, el Colegio de Arquitectos
Técnicos prevé que por ese factor, la actividad se reducirá en un
50 por ciento el número de visados de obra en Mallorca durante este
año, porcentaje que ascenderá al 70 por ciento en 2003 y que
mantendrá al sector de la construcción «paralizado» en 2004 y 2005.
Los arquitectos técnicos argumentan que la política urbanística de
Govern y Consell ha reducido en un 85 por ciento la posibilidad de
construir en Mallorca y que la «demora» en la redacción de los
planes territoriales, -normativa que ha de marcar y definir el
crecimiento urbanístico de las Islas en los próximos años no hará
más que alargar la ralentización de un sector que se caracteriza
por una actividad de ciclo largo. Todo ello ha traído como
consecuencia un encarecimiento general de la vivienda, con precios
al alcance de muy pocas familias.
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