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Alrededor de 4.000 motos de todas las cilindradas participaron a lo largo del día de ayer en la 26 Volta a Mallorca "prueba que, según reza el reglamento, es popular, por tanto no es competitiva" que arrancó frente a El Corte Inglés de Avenidas. 4.000 motos, o si lo prefieren, diez minutos pasando motos por delante de uno, son muchas, lo que evidencia que esta edición de la Volta ha sido un éxito, cosa a la que sus organizadores están acostumbrados.

Dieron la salida de las máquinas, subiendo y bajando la banderola entre los dos, el alcalde de Palma "cuyo hijo participaba en la Volta, a lomos de una Honda" y la consellera de Presidencia del Consell de Mallorca, Dolça Mulet. Sucedía a las diez y media en punto. Diez minutos después arrancaba el último de los participantes, poniendo así punto final a un ensordecedor rugido de motores que se había iniciado un cuarto de hora antes.

Diremos que no hubo la debida sincronización de semáforos al paso de la caravana por las Avenidas, pues en un paso regulado por éstos estaba en verde para los peatones "rojo para los motoristas" y una señora decidió cruzar siendo casi arrollada. Menos mal que un sexto sentido la advirtió en la última décima de segundo de lo que se le venía encima y pudo esquivar el peligro, quedánse quieta sobre el paso y rodeada de motos, todo, ya decimos, por saltarse los semáforos en rojo muchos motoristas.

La caravana, manteniendo un orden "y los motoristas una distancia entre ellos", discurrió por distintas calles de Palma hasta llegar a la autopista, por la que siguieron hasta Andratx y de ahí, por la Serra, hasta Alcúdia, donde se pasó el tercer control "los otros dos tuvieron lugar en Valldemossa y Gorg Blau. En la plaza de toros de Alcúdia se condimentó una monumental paella para trescientas personas, pues el resto de participantes se buscó la comida por otros pagos, para concentrarse de nuevo en el coso taurino sobre las cuatro de la tarde y seguir la ruta, ahora en dirección a Cala Bona, en cuyo Bar Náutico se tomaron una xocolatada y pasaron el cuarto control.