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CARME MORENO/LOLA OLMO Uno de los puntos principales de las II Conversaciones de Cala Figuera, que se desarrollaron desde el pasado jueves y hasta ayer en el hotel Lagomonte de Alcúdia, fue el reconocimiento a la labor llevada a cabo por Eduardo Bonnín, fundador el año 1944 de los Cursillos de Cristiandad.

Durante estos cuatro días participaron en este encuentro representantes de Canadá, Argentina, Filipinas y Australia, entre otros países. En total, unas 300 personas venidas de los cinco continentes asistieron a estas II Conversaciones de Cala Figuera.

Además de reconocer la labor de Eduardo Bonnín, el actual presidente de los Cursillos de Cristiandad, Jesús Valls, explicó que «nos hemos reunido estos días con la intención de debatir y poner de manifiesto las ideas del carisma fundacional».

Valls definió este concepto como «un don de Dios dado a unos hombres concretos, no en beneficio propio, sino para el bien de otros hombres y reconocido por la iglesia».

Después de más de cincuenta años de existencia este movimiento continúa teniendo plena vigencia en los cinco continentes. Según Valls, uno de los éxitos del movimiento es su base heterogénea. «A estos cursillos asiste desde el barrendero del barrio, hasta directivos de empresas o políticos», explicó.