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Cruce de aviones a una velocidad de mil kilómetros por hora, rizos en el aire, en forma de flechas, de águilas, de pócker, reactores hacia arriba y hacia abajo, caídas y levantamientos... todo un espectáculo. La Patrulla Àguila, procedente de la Academia General del Aire en Murcia, donde se preparan los pilotos del Ejército del Aire, ofreció ayer en ses Salines, en el marco de la feria-espectáculo, una impresionante exhibición acrobática aérea, realizada con siete aviones del modelo Caza 601. La potencia de estos aviones es de 3.500 libras de empuje, que es lo mismo que una velocidad de 450 nudos, que traducido al lenguaje normal es de 800 km/hora. La altura que alcanzan estos pequeños pero potentes aviones es de 50.000 pies, es decir, de 15 a 20 kilómetros.

La exhibición consiste en realizar una serie de tablas muy peligrosas pero a la vez muy emocionantes. El looping son rizos que realiza el avión en el aire, el tonel es un giro longitudinal a la izquierda, el espejo son dos aviones uno arriba y el otro en posición invertida abajo que vuelan a la misma velocidad haciendo el efecto espejo. Otra de las acrobacias es el punto cero. El avión sube hasta llegar a la máxima velocidad para después dejarse caer hacia abajo como si hubiera perdido fuerza para volver a recobrar la altura. También se realizaron cruces entre dos aviones y entre cuatro a una velocidad de 1.000 km/hora. Todas estas acrobacias requieren un gran esfuerzo por parte del piloto, el cual, después de una demostración que dura alrededor de 30 minutos, puede perder entre 2 y 3 kilos de peso.