Educació i Gestió denunció ayer «las graves consecuencias del
retraso con el que la Conselleria d'Educació aprobará y publicará
los currículos modificados de ESO y Bachillerato que deben
aplicarse el próximo curso escolar», declaró Marc González, asesor
jurídico de la patronal mayoritaria de los centros
privados-concertados. En el año 2000, recordó, el Gobierno central
realizó toda una serie de modificaciones en el currículum de
Secundaria y de Bachillerato, estableciendo que las Comunidades
Autónomas con las competencias transferidas debían adaptar estos
temarios a sus peculiaridades para implantarlos en el curso
2002/03.
«Estas adaptaciones deben conocerse con antelación para saber
con qué profesores se debe contar, si se han de realizar
contrataciones, ajustes de horarios y, además, cada docente debe
preparar su nuevo temario». «Lo lógico, por tanto, -afirmó
González- es que las novedades se puedan conocer con tiempo
suficiente, pero la realidad es que, a fecha de hoy, la Conselleria
se ha limitado a colgar en su página web la propuesta inicial, que
no hay certeza de que vaya a ser el texto definitivo, entre otras
cosas porque deben presentarse alegaciones».
De hecho, añadió, «los propios inspectores de los centros nos
dicen que actuemos como si nada hubiera cambiado de cara al próximo
curso, pero lo que pasará es que luego habrá que actuar con
precipitación, o, más grave, que no se podrá aplicar el nuevo
temario, con lo que se incumplirá una normativa básica estatal en
materia educativa».
«Y lo último que hemos sabido ha sido a través de una circular
que han recibido los colegios en la que la Conselleria anuncia que
se publicarán los temarios definitivos a finales de junio o a
principios de septiembre», lamentó. Así las cosas, aseveró que «en
cualquiera de los dos casos el mal ya está hecho, sobre todo para
los colegios privados y concertados, que son los que deben poner
los anuncios para la contratación de docentes y saber qué
titulaciones se tienen que ofertar; pues los centros públicos lo
resuelven con los interinos, al menos en lo que hace referencia al
personal».
Pero «el mayor despropósito es que mientras esta adaptación de
temarios depende de la Dirección General de Ordenació i Innovació,
desde la Direcció General de Planificació i Centres se presiona
para que se comunique qué profesores van a perder horas, cuáles van
a integrar la bolsa de recolocación o si va a haber vacantes o no;
es decir que existe entre estas direcciones una descoordinación
absoluta».
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