Agricultores y electricistas afirman que la orden que desarrolla el
plan director sectorial de energía, aprobada por el Govern y
actualmente en exposición pública, condena al mundo rural a no
poder electrificar sus parcelas rústicas. La patronal agraria
Asaja-Balears y la asociación de instaladores electricistas y de
telecomunicaciones, Asinem, aseguran que la obligatoriedad de
soterrar las líneas eléctricas de baja y media tensión en suelo
rústico privado, además de perjudicar la actividad agrícola por
crear barreras artificiales en los sembrados, multiplica por cuatro
los costes de electrificación de las fincas agrícolas y ganaderas
de las Islas.
Ambas patronales cuantifican en un 35 por ciento (un centenar)
los proyectos de electrificación de parcelas agrícolas parados por
esta normativa, por lo que solicitan al Govern que modifique toda
la regulación eléctrica en suelo rural. El secretario general de
Asaja, Gabriel Company, y el presidente de Asinem, Carlos Moyà,
califican la normativa del Govern de «inviable y llena de
incongruencias». Afirman que la conselleria d'Innovació i Energia
«no puede inventarse un plan de esta envergadura sin salir de sus
despachos y dialogar con los afectados». También solicitan al
Ejecutivo autonómico la creación de una «ventanilla única», que
gestione todos los trámites y permisos para electrificaciones
rurales, competencias que dependen de ayuntamientos, Consells,
consellerías de Obres Públiques, Indústria y Energia, y también de
GESA-ENDESA.
A parte del soterramiento de las líneas eléctricas, la nueva
normativa también prevé la apertura de nuevos caminos y el
levantamiento de aceras de hormigón, de 18 centímetros de alto por
80 de ancho, «lo que sí supone un grave impacto ambiental, o quizás
pintarán el hormigón de verde», apunta Moyà. Sobre esta misma
cuestión también se pronunció ayer el Grup d'Ornitologia Balear
(GOB), pero con una opinión diferente por cuanto pide al Ejecutivo
del Pacte de Progrés el soterramiento de todas las líneas
eléctricas del mundo rural. Además de que los tendidos eléctricos
son una de las principales causas de la muerte de aves, también
constituyen un «impacto paisajístico evidente», señalan los
ecologistas. El GOB ha presentado alegaciones a la propuesta de
orden de la Conselleria d'Innovació i Energia en la que pide que
todo el nuevo tendido eléctrico dentro del suelo rústico sea
soterrado, exceptuando los casos en los que el interés territorial
o ambiental determine la inconveniencia de tal actuación.
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