El lujoso edificio del Teatro de la Opera de Tallín, situado en la calle de Estonia, una de las arterias principales de la capital, acogió la noche del lunes una una fiesta de bienvenida para todas las delegaciones participantes en el Festival de Eurovisión. Los representantes de los 24 países, que interpretarán sus canciones en dos horas el próximo sábado, se reunieron en este edificio, de estilo neoclásico, con pasillos interminables y grandes salas en mármol.
Ira Losco, de Malta, Manuel Ortega, de Austria, Maja Tatic, de Bosnia Herzegovina, y Rosa López, de España, tuvieron la oportunidad de conocerse y departir acerca de sus experiencias en el festival. El champán, algún vino de la tierra, los aperitivos y una actuación de jazz amenizaron la fiesta.
Los españoles Chenoa y David Bisbal permanecían juntos frente al escenario, pendientes de la orquesta y el solista; Nina atendía a los medios extranjeros, ansiosos por recabar información acerca de su carrera y el funcionamiento de la academia de 'Operación Triunfo'; y Tony Cruz, representante de Gestmusic, comentaba la fallida prueba de sonido que ha dado origen a especulaciones acerca de la voz de Rosa. Nina desmintió los rumores acerca del estado de la voz de la granadina y ha dicho que «en seis meses que llevo conociendo a Rosa, no ha tenido afonías», dijo.
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