La mayor parte del agua que se depura en Balears se pierde en el
mar o se destina, en menor medida, a regenerar acuíferos mientras
que el riego agrícola únicamente utiliza el 20 por ciento de los
recursos hídricos tratados en las estaciones de tratamiento. Este
dato, confirmado por fuentes de la Conselleria d'Agricultura, sitúa
sin embargo a las Islas a la cabeza del Estado en lo que a
reutilización de aguas se refiere, hecho éste que no impide que,
desde el propio sector, se haya pedido que aumente la proporción a
través de una red de aguas depuradas.
En la actualidad se riegan con agua tratada unas 1.400 hectáreas
de las Islas estando localizadas, la mayoría de ellas, en la zona
del Plà de Sant Jordi para la producción de alfalfa.
Tradicionalmente, y desde la Administración, se ha argumentado que
muchos agricultores no quieren utilizar aguas depuradas para el
riego de sus explotaciones porque la calidad no siempre está
garantizada. De hecho, para regar productos hortofrutícolas es
obligatorio realizar una depuración terciaria, mucho más
costosa.
Este último aspecto, el económico, es el que provoca según los
payeses que la Administración «no tenga un verdadero interés en
aumentar los índices de reutilización». Asimismo, señalan, «excepto
en la zona del Pla no existen infraestructuras ni canales
suficiente para aumentar la proporción actual». Cabe destacar, en
este sentido, que el pasado mes de noviembre se pusieron en marcha
las obras de ampliación y mejora de la red de regadío de la zona de
Sant Jordi con el objetivo final de reducir la progresiva
salinización de los acuíferos. Asimismo, y en aquella época, se
anunció la construcción de un depósito de reposo de aguas también
en la zona del Pla.
El Plan Nacional de Regadíos, por otra parte, contempla en
Balears un programa de actuaciones en aguas depuradas. Este plan
específico, con un presupuesto de 30 millones de euros (5.000
millones de pesetas), tiene una vigencia de 2000-2008 y está
financiado por la Unión Europea, Gobierno central y Govern.
Asimismo, y dentro de los proyectos a realizar con el dinero que se
recaude de la ecotasa, está previsto crear una red de aguas
depuradas en la Isla. Sin embargo, este listado de proyectos
anunciados no termina de convencer a parte del sector que recuerda
propuestas semejantes en años anteriores que, finalmente, no se
llevaron a cabo.
De hecho, hace un par de años el que fuera presidente de la
Federación Agrícola y Ganadera de Balears, Fernando Dameto, ya
denunció que el 80 por ciento del agua depurada se vertía al mar.
La situación de aquella época, cuando se veían los primeros
síntomas de la que fue sequía más extrema de los últimos 50 años,
es diferente a la actual pero eso no quita, aseguran los
agricultores, «que en dos años no se haya hecho nada para
aprovechar más el agua y que la abundancia actual no pueda
desembocar en nuevos periodos de escasez de recursos hídricos».
El 40% de las depuradoras tenía un mantenimiento
deficiente en 2001
El año pasado la consellera de Medi Ambient, Margalida Rosselló,
presentó una auditoria realizada por la empresa externa «Lloyds
Register» en que se se aseguraba que el 40 por ciento de las
depuradoras de la Isla estaban en un estado de mantenimiento
«deficiente» mientras que el estado de otro 43 por ciento era
«mejorable». Estas bajas calificaciones, que afectan a 56 de las 67
depuradoras controladas por el Ibasan, no implican que el agua sea
de mala calidad sino que provoca numerosas averías y un deterioro
de infraestructuras que podría evitarse. La consellera verde acusó
en aquel momento al anterior Govern del Partido Popular de
«dejadez» al mismo tiempo que criticó el afán de los conservadores
«de construir depuradoras basandose en criterios económicos en vez
de criterios de calidad».
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