Más de 200 escolares del Colegio San Francisco de Asís de Palma
acudieron ayer por la mañana a la estación de tren de la Plaça
d'Espanya para trasladarse hasta Llubí y celebrar allí la despedida
de curso escolar. El tren tenía prevista su salida a las 9.20 horas
de la mañana. Veinticuatro horas antes, el colegio reservó plazas
para todos los alumnos para tener asegurado un viaje seguro y
confortable para los niños, plazo estipulado y cumplido por el
centro escolar para realizar la correspondiente reserva.
Los padres acudieron a acompañar a sus hijos, estudiantes de
Primaria, y surgió la indignación al ver que, a pesar de haber
reservado plaza el día anterior, sus hijos viajaban a Llubí
«sentados en los escalones del tren, compartiendo cinco personas un
asiento y sentados en los pasillos», denunciaba Gabriel Torrens,
padre de dos alumnos.
El tren partió de Palma con tres vagones, los mismos que suele
utilizar en un trayecto ordinario, con una capacidad por vagón de
cien personas. A los 220 niños se sumaron las personas que a diario
utilizan este servicio, número que no pudo ser confirmada desde
Serveis Ferroviaris de Mallorca. «Ayer presentamos una denuncia a
la empresa porque así no podían viajar los niños, con unas
condiciones mínimas de seguridad, y mañana voy a presentar otra a
la Asociación de Consumidores», añade Torrens, postura que
comparten más padres del colegio.
Desde Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) se recibió la
denuncia y confirmaron la reserva realizada por el colegio. «Se
realizó una reserva de plazas para un grupo en el tiempo y formas
establecidos. La composición del tren era de tres unidades. Ha
debido de haber algún problema de coordinación porque siempre que
los colegios realizan reservas se tiene en previsión el viaje de
niños. Se investigará para saber dónde se cometió el error. En
casos normales, añadimos uno o dos vagones más para que los niños
viajen más cómodos. Si ha sido un error, se pedirán
responsabilidades», afirmaron fuentes de la empresa. Las quejas
presentadas por los padres por la mañana tuvieron su respuesta, ya
que el regreso lo realizaron los alumnos en un tren con cinco
vagones.
A pesar de ello, algunas madres mostraban su indignación: «Mis
hijos, en esas condiciones, no vuelven de excursión. No se puede
permitir una situación así», afirmaban a la llegada del tren. Por
su parte, el gerente del colegio San Francisco de Asís, Javier
Fernández, restó importancia al hecho y afirmó que la llegada a
Llubí «fue impecable. La empresa ha mandado un fax al colegio
disculpándose por lo ocurrido por la mañana», afirmó. Los escolares
regresaron a Palma a las 17 horas, ajenos totalmente a la
indignación de sus padres sobre el trayecto de ida, camino de la
fiesta de fin de curso que celebraron en Llubí.
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