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AINA VIVES El vicario general de la Diócesis de Mallorca, Andreu Genovart, antes de pronunciarse sobre la carta pastoral de los obispos vascos, en la cual se censura la ilegalización de Batasuna, quiere dejar clara su férrea oposición al terrorismo. «Siempre nos hemos pronunciado contra el terrorismo y lo hemos condenado, prueba de eso es que tanto el obispo como yo mismo lo hemos demostrado asistiendo a los minutos de silencio que se hacen en la plaza de Cort».

A partir de aquí, Genovart hace una reflexión en voz alta sobre la situación creada en el País Vasco: «Visto desde Mallorca, es difícil de juzgar», afirma, y deja claro que desde esta Diócesis «respetamos la pastoral de los obispos vascos porque conocen bien la realidad de Euskadi».

El vicario general incluso va más allá, y recomienda leer la carta con «atención» porque encuentra que «son diez puntos escritos con mucha cautela y ponderació». Y añade que «no es fruto de un impulso, ni de una falta de reflexión. Los obispos vascos sabían a qué se exponían cuando firmaron la pastoral, que ahora tanta polémica ha levantado».

Precisamente, Andreu Genovart recomienda hacer una lectura detallada de la carta porque encuentra que «algunas frases se han sacado de contexto» en la polémica surgida. Esta manifestación da pie a comentar las declaraciones lo suficientemente rotundas que el lunes pasado realizó el presidente del Gobierno central, José María Aznar.

El presidente no dudó a la hora de calificar la carta pastoral firmada por los obispos vascos de una «perversión moral e intelectual grave». Respecto a estas declaraciones, el vicario general se limita a señalar una frase que cuando menos invita a la reflexión: «José María Aznar tiene todo el derecho a decir lo que quiera, sin embargo, se puede equivocar».