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JOAN J. SERRA La ley de cupos, cuya tramitación fue iniciada el pasado viernes, representa una reducción drástica, de casi el 50 por ciento, del ritmo constructivo de viviendas en los últimos cuatro años, pero, la intensidad será prácticamente la misma de los últimos 10 años y se acerca a la del ciclo expansivo de la década de los 70.

La ley de cupos fijará un límite de crecimiento anual del uno por ciento sobre lo ya construido, tanto en materia residencial como turística.
Según datos del Libro Blanco de la Vivienda en Balears, elaborada por la Conselleria d'Obres Públiques, Transport i Habitage, la misma que ha impulsado la ley de cupos, la media anual de viviendas visadas en el Archipiélago entre 1997 y 2000 fue de 14.036 casas. La ley de cuotas permite la concesión de una media anual, en el periodo 2002-05, de 8.090 licencias de viviendas. Comparando los dos últimos datos, se observa una reducción considerable (un 42 por ciento). Ahora bien, si observamos la media anual de la década pasada, que fue de 9.040 viviendas (Libro Blanco), las cuotas anuales del periodo 2002-05 (8.090 viviendas) representan, en realidad, el 90 por ciento de la media de los años 90, es decir, tan solo un 10 por ciento inferior, lo que implica mantener casi el mismo ritmo de aquella época.

Tomando únicamente como referencia el periodo 1991-96, la ley de cuotas permite crecimientos muy superiores. La media anual de aquel periodo fue de 5.710 viviendas. Así, las 8.090 viviendas anuales toleradas por la ley de cuotas suponen un incremento del 42 por ciento respecto de aquellos años.

Hay que recordar aquí que el mismo director general de Ordenació del Territori, Manuel Cabellos, no sólo considera «altísimos» los crecimientos de los últimos cuatro años, que serían de un 2'5 por ciento anual.