La embarcación posee un espectacular aparejo de fragata de 2.936 metros cuadrados de vela.

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El célebre buque escuela de vela ruso Mir visitó ayer el puerto de Palma, consignado por Transcoma, en el transcurso de un crucero de prácticas de dos meses en el Mediterráneo.

Su majestuosa entrada en el puerto se realizó con notable lentitud, ya que opera de forma tradicional, sin auxilio de remolcador ni hélices de maniobra a proa. Según indicó ayer a Ultima Hora su capitán, Victor Antonov, a bordo viajan en estos momentos 44 tripulantes y 148 cadetes, de los cuales 95 son rusos y el resto alemanes, que quieren obtener un certificado de navegación. Desde hace algun tiempo y para paliar el costoso mantenimiento de su flota de grandes veleros, (que incluye al «Sedov» y al «Kruzhenstern», los mayores buques escuela del mundo), Rusia ha puesto sus dotaciones a la disposición de los interesados en navegar en ellos. Pese a ello el casco del «Mir» refleja el paso de los temporales y del tiempo. El óxido ha hecho mella en el escobén y de proa a popa aparenta un envejecimiento prematuro, marcado por el impacto de las olas y los rociones, más propio de los antiguos veleros de carga del siglo XIX.

El Mir es un gran velero clásico de tres palos perteneciente a la Marina Mercante, cuyo aparejo de fragata alcanza los 52 metros de altura. Fue construido en 1987 como parte de una serie de seis buques gemelos, que se repartieron entre la entonces boyante Unión Soviética y Polonia. Con un registro de 2.275 toneladas mide 108 metros de eslora por 14 de manga y su calado supera los 6 metros. Desde entonces ha navegado por muchos mares como un embajador de su país y con un mensaje de paz contenido en su nombre, Mir, que coincide con el de la célebre estación espacial recientemente desintegrada y que al igual que este buque representaba todo un símbolo nacional.