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IVÀN TERRASA " MADRID
La defensa del supuesto tesorero de la organización terrorista Al Qaeda, Ahmed Brahim, acusado de haber participado directamente en la preparación y financiación de los sangrientos atentados contra las embajadas de EE.UU. en Tanzania y Kenia en agosto 1998, además de haber hospedado en su piso de Palma a Madmoud Salim, alias «Abu Hajer», detenido a su vez en Alemania como jefe financiero de la red de Osama bin Laden, pidió ayer, durante el recurso de apelación celebrado en la sección tercera de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional de Madrid, que a su cliente «se le conceda cautelarmente la libertad condicional mientras se siguen investigando los delitos que se le imputan».

Miguell Ill, abogado de Brahim, comentó a este periódico nada más presentar el recurso de apelación que a su cliente «se le han intervenido ya más de 3'5 millones de euros, y en consecuencia, eso es garantía suficiente como para que no tenga ninguna intención de sustraerse de la acción de la justicia y escaparse». Eso sí, el objetivo de la defensa es «que se cierre el asunto. Si contra mi cliente no hay ningún indicio, y creo que no lo hay, la consecuencia más normal es que se le ponga en libertad y el juzgado archive la causa».

Ill, que confesó ser «pesimista» ante el contenido del auto que los magistrados de la Audiencia Nacional harán público, previsiblemente, a principios de la próxima semana, se mostró muy crítico con el devenir de los acontecimientos del caso. «Esto es el mundo al revés», se queja el abogado, «primero se detiene a un señor sospechoso de un hecho y a continuació se buscan las pruebas, hasta el propio informe fiscal prácticamente reconoce esto. Ya veremos lo que dice el Tribunal».

Por su parte, el fiscal del caso, Pedro Rubira, declaró a Ultima Hora tras la celebración del recurso de apelación que «seguimos igual, la defensa en su postura y nosotros en la nuestra. Nosotros creemos firmemente que el acusado debe permanecer en prisión. Por ahora no se puede decir nada más, la palabra la tienen los magistrados».