Divas, las voces de Mallorca

Pero la gente seleccionada es incuestionable que tiene un gran talento y que, por méritos propios, ha conseguido hacerse un nombre en la Isla. Hace unos días pudimos ver a las sopranos Isabel Rosselló, Sandra Galiano y Marisa Roca en la ópera de Bizet, «Carmen». La producción fue llevada con los máximos medios a la Misericòridia y allí se pudo atestiguar que, periódicamente, los mallorquines pueden disfrutar de un espectáculo operístico. Gente como Francesc Bonnín, responsable del área de música de la Fundación del Teatre Principal, han aportado todo su empeño en ello.

Tal vez uno de los problemas con los que se han topado las cantantes residentes en la Isla es la propia limitación del espacio geográfico. Estar en el mundo de la ópera a nivel internacional exige mucho tiempo, desplazamientos constantes, residencias en hoteles. Una vida nómada, apasionante y a veces dura. Muchas de nuestras cantantes, siempre entregadas al perfeccionamiento de su talento y su voz, han optado por una vida más sosegada. Es el caso de Joana Llabrés, que asegura: «He dedidido vivir en Mallorca, residir aquí. Ello tiene algunos inconvenientes, pero es mi elección personal. Quiero dedicarme a la ópera, pero no asumir un estilo de vida tan agitado». Y es que a veces la vida de una diva no es tan fácil como comunmente se cree.

Todo ello no ha sido impedimento para que hayan recorrido algunos de los más prestigiosos teatros del mundo. Galiano, becada en Nueva York, ha recorrido gran parte de Europa. Corbacho, que ha centrado su actividad en el Cor del Teatre Principal, ha tenido el tiempo suficiente de cantar en media América y en el viejo continente. Fanny Marí tiene una carrera forjada desde EE UU, no en vano cantó en el festival «Focus» de Nueva York. Mari Paz Juan ha llevado su arte hasta Pekín e Isabel Rosselló fue premiada en Miami por su labor. Sus talentos viajan, pero ellas están aquí, porque son unas apasionadas de Mallorca.