El padre Cobo ya lleva 16 años oficiando la ceremonia.

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Las alarmantes cifras que año tras año nos ofrece la Dirección General de Tráfico sobre siniestralidad al volante, unidas al nivel de saturación que sufren las carreteras de la Isla desde hace años nos llevan a pensar que cualquier tipo de ayuda en nuestros desplazamientos nunca está de más. Esto es lo que debieron pensar los numerosos conductores que ayer, festividad de San Cristóbal, decidieron encomendarse a la protección del santo y bendecir sus respectivos medios de transporte. Con esta expresión no me refiero sólamente a vehículos a motor, ya que ayer el padre Cobo, encargado de la ceremonia desde hace 16 años, bendijo desde bicicletas hasta galeras, pasando por cochecitos de niños. Uno de estos cochecitos fue el encargado de abrir el desfile que frente a la iglesia de Santa Fe, en el barrio de sa Calatrava, se prolongó durante todo el día.

Entre los más madrugadores se encontró la delegada del Gobierno, Catalina Cirer, a bordo de un coche oficial. Poco después, miembros del Club de Cotxes Antics hicieron acto de presencia a bordo de sus llamativos vehículos de época.

El colectivo de taxistas fue el que tuvo más presencia. Unos sesenta coches de la Associació de Serveis Fonotaxi, se dirigieron en procesión desde la calle Puerto Rico hasta la entrada del templo, donde como ya viene siendo habitual, realizaron una ofrenda floral.

Esta celebración, que se encuadra dentro de las fiestas de Sant Cristòfol de sa Calatrava, fue recuperada hace treinta años por los asociación de vecinos de la barriada y cada vez más conductores deciden encomendarse al santo que cargó a sus espaldas al niño Jesús para ayudarle a cruzar un río.

La celebración finalizó con una liturgia, a las siete de la tarde, a la que asistieron, entre otros, la delegada del Gobierno, Catalina Cirer, y el alcalde de Palma, Joan Fageda.