Unas 15.000 personas llenaron el domingo el escenario grande del festival Isladencanta para ver al grupo de rock and roll británico Oasis. Miles de turistas ingleses de Magaluf y Palmanova compraron a última hora entrada para ver a la formación liderada por los hermanos Gallagher. Liam, vocalista principal, demostró que está a la altura de su fama: grosero, chulo y con un carisma personal único e irrepetible. El cantante, cuyo magnetismo en escena era incuestionable, decepcionó a un sector del público, aunque el fan de toda de la vida se mostró encantado con su arrolladora presencia.
El grupo tenía un buen sonido, contundente y compacto, pero tampoco se dejó la piel. Se limitó a cumplir, con profesionalidad, sin hacer ese extra que hubiese redondeado el concierto. Aunque tocaron sin descanso 17 canciones, dejaron en el tintero algunos de sus mayores éxitos. En el momento más mágico de la noche, se despidieron dejando una grabación en disco de su mayor éxito, «Wonderwall», el tema que les lanzó al estatus de megaestrellas.
El concierto parecía estar hecho a medida para los británicos, lo que al cantante tampoco le pareció bien. En un momento dijo algo como «¿Qué pasa, es que sólo hay aquí ingleses?». Entonces se creó una especie de relación amor-odio con el público «hooligan», que no paraba de idolatrarle e insultarle a partes iguales. Liam, con una camiseta sin mangas y una toalla sobre los hombres no paraba de mirar a su público con una arrogancia increíble (si la chulería fuese una virtud, Liam iría al cielo). Noel, por su parte, dedicó una canción al público español. No hubo incidentes violentos ni problemas de seguridad, y todo se desarrolló en la más absoluta normalidad. Pasado el concierto, los ingleses volvieron a su redil de Punta Ballena, «pasando» olímpicamente de la oferta del festival.
Oasis salió poco después de Mercury Rev, un grupo que ofreció deliciosas dosis de pop psicodélico. Especialmente memorable fue el momento de «(What's the story), morning glory?», «Supersonic», «Hello», «Go let it out», «Stop crying your heart out», «Live forever» o «Better man». Los éxitos del grupo se alternaban con las canciones de su nuevo disco, «Heathen Chemistry», un trabajo irregular que tiene «singles» tan buenos como «The hindu times», canción interpretada aquí con convicción.
La alcaldesa de Calvià, Margarita Nájera, estaba en las primeras filas, disfrutando a tope el concierto. Mientras, Liam salía y entraba de escena, dejando a su hermano Noel sólo con la banda. Es algo premeditado, ya que el compositor y cerebro del grupo no necesita para nada a su familiar para interpretar sus particulares «hits». Así lo demostró con «Don't look back in anger», uno de los grandes clásicos de la banda, que fue tarareado por todo el mundo. Al cabo de una hora aproximadamente llegaron los bises: «Some might say» y una versión de «My generation» de The Who despidieron bruscamente el concierto. Oasis han pasado por Mallorca y han demostrado que tienen madera de clásicos del rock. Sin embargo, la gente quería más, y ellos no regalaron esos 20 minutos necesarios para conseguir la química total con el público.
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