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Sóller vuelve a llenarse de música, colorido y espíritu cosmopolita con la inauguración de la XXII Mostra Internacional Folklòrica, en la que participan este año más de 200 personas entre músicos y bailarines. El alcalde de la ciudad, Ramón Socías, fue el encargado de dar la bienvenida a los grupos participantes y dar por inaugurado el evento. Sóller se prepara así para vivir seis intensos días dedicados a conocer y disfrutar de las costumbres y culturas propias de lugares tan lejanos como Sudáfrica, México o las Islas Canarias, entre otros.

Anoche se presentaron todos ellos, encabezados por el grupo anfitrión: Aires Sollerics. Detrás llegaron los componentes de Georgiana Folk Dance Grup Momavali, de Georgia, un grupo con más de 100 años de antigüedad, y que ha trabajado para conservar y recuperar las viejas tradiciones, aunando el bagaje cultural de las diferentes etnias que componen Georgia. Le siguió Phakama Africa Dance Group, de Sudáfrica, un grupo que suele cosechar enormes éxitos a su paso, dado el espectacular exotismo de sus danzas y vestuario, procedentes del pueblo de los tuluz.

Tras Àfrica entró en la plaza el canario Grupo de Coros y Danzas Mambroque, nacido en 1948 y que ha tenido desde sus comienzos como objetivo la conservación del folclore en todos sus aspectos: la danza, el canto, la indumentaria, mediante una exhaustiva investigación. A continuación hizo su entrada en el recinto la Asociación Folklórica Kilic Kalkan Bursa, de Turquía. Este grupo vio la luz en el año 1955 y está formado mayoritariamente por hombres. Su vestimenta ha sido galardonada en diversas ocasiones, puesto que algunos de sus trajes tienen un peso de más de 15 kilos. Los instrumentos musicales son propios de su cultura tradicional.

El grupo de México fue el último en hacer su aparición. El Ballet Folklórico Policromía Mexicana fue uno de los más esperados, ya que se trata de un grupo que a pesar de su juventud ha logrado alcanzar grandes éxitos. El grupo está compuesto por jóvenes estudiantes de bachillerato que combinan sus estudios con la práctica de la danza, que forma parte de su formación. Tras su aparición se impusieron las cintas a las banderas de los diferentes países y se dio la bienvenida en cada uno de los idiomas. Fue el pistoletazo de salida a una semana llena de color y de ritmo y una ocasión única para abrir los ojos al mundo sin salir de Mallorca.