Brigitte exhibe algunos pareos en la playa de es Trenc.

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Al ritmo de la música chill out y con la belleza de la playa de es Trenc como marco, una joven argentina contornea su figura entre los primeros rayos de la tarde. Su nombre es Brigitte y su labor, mostrar los pareos que se acumulan en un chiringito montado para las citas más populares de la playa mallorquina.

Embriagada de una naturalidad exultante, la bella sirena asume su rol de diva de la moda entre los aplausos de la multitud. Lejos de ruborizarse ante las miradas de los más curiosos que, por cierto, hacen hueco a la chica a una velocidad inusitada, Brigitte hace las delicias de los asistentes y del dueño de la improvisada «boutique», que ve cómo sus pareos vuelan como si de la inauguración de las rebajas del mes de enero se tratase.

Entre el calor de la gente y la suave brisa de las olas, nuestra protagonista aporta la nota sensual a una fiesta que vive sus primeras horas de desarrollo. Tras crear su particular pasarela de arena, sus idas y venidas en apenas diez metros de playa levantan los ánimos de los recién llegados y confirman el matrimonio entre las calurosas tardes de verano y las exóticas prendas femeninas. Pero todos estos elementos se difuminan en un segundo plano ante la simpatía de Brigitte. Sus continuas carantoñas al público, su sonrisa picarona y sus miradas desafiantes componen una excelente fórmula que brota desafiante de su bella estampa sudamericana. Cuando el breve desfile llega a su fin, la playa recobra su candidez y sosiego natural. Mañana será otro día y las aguas verdosas de es Trenc volverán a sonreír a la hermosa chica de los pareos.