Glamour y elegancia se unieron en una de las fiestas del verano mallorquín más esperadas: la celebrada en el Arabella Sheraton Golf Hotel Son Vida, que este año coincidió con el décimo aniversario de su apertura. En el jardín de la entrada el director general del Arabella, Peter Tschirky; el propietario del hotel, Stefan Schörghuber; el director, Oscar del Campo, y la relaciones públicas, Joana Moll, dieron la bienvenida a los numerosos invitados, entre los que se encontraban Eduardo Gamero, Josep Aloy, Joan Bauzà, Pedro Pablo Marrero, Jaume Cladera, José Oliver, Juan Buades, Juan Olabarría, Matthias Kühn, Bartolomé Bestard, Pere Serra, presidente del Grup Serra, Joan Oliver Maneu, Pep Moll, Francesc Triay, Jaume Mir, y Nils Burwitz.
Mientras los asistentes eran obsequiados con un cóctel pudieron ver una exposición de fotografías de la evolución del hotel desde los inicios de la contrucción hasta la actualidad. La velada, que se desarrolló en los aledaños de la piscina, tuvo como preámbulo la salutación del director general, Peter Tschirky. El menú resumió la trayectoria de los chefs de cocina que ejercieron este cargo en el Arabella y consistió en creema de cèlery, paletilla de cabrito, y tarta de cumpleaños, elaborado por el equipo del chef Jaume Balada. La cena estuvo amenizada por Els Valldemossa, y las danzas árabes de Indgeler. El mayor interés lo acaparó Betty, una bailarina con una serpiente y una actuación ecuestre.
También se proyectaron diferentes películas sobre una pantalla de retroproyección, dependiendo de las diferentes actuaciones y otras sobre la piscina, además del logo del hotel. Los anfitriones ofrecieron a todos los invitados a la fiesta un regalo conmemorativo, que consistió en una botella de vino Magnum, de las bodegas José Luis Ferrer.
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