La amplitud de la mayoría de las playas permite que los bañistas puedan disfrutar del sol y del mar sin agobios.

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Aunque el cielo amaneció despejado en esta primera jornada festiva del puente de la Virgen de la Asunción, a medida que las horas avanzaban fue cubriéndose de nubes, que a media tarde volvieron a desaparecer. Pese a ello, la excelente temperatura y el tiempo libre de los mallorquines, así como la numerosa afluencia de turistas, propiciaron que las playas de la Isla adquirieran ayer su tradicional imagen en pleno mes de agosto: a rebosar.

El aeropuerto de Son Sant Joan espera batir el récord del verano mañana sábado "durante este puente festivo de cuatro días pasarán por las instalaciones más de cuatrocientas mil personas" y los hoteles, restaurantes, cafeterías y heladerías registran llenos, a pesar de que hasta ahora la temporada no ha sido tan positiva y tampoco se prevé que mejore de cara al mes de septiembre. Así las cosas, Mallorca vuelve a ofrecer su perfil característico en verano "a pesar de las nubes", con playas llenas de bañistas y empresarios satisfechos por la caja realizada en estos días.

Como siempre en estos casos, hay que volver a incidir en la necesidad de protegerse contra los efectos perjudiciales del sol, cuyos rayos ultravioletas alcanzan niveles muy elevados en esta época del año. Y aunque nos parezca que la agradable brisa marina nos refresca, la realidad es que el astro rey «golpea» en estas fechas más que nunca. Quienes no gustan de la arena y el mar optaron ayer por opciones igualmente refrescantes, como los parques acuáticos, que también registraron entradas masivas.