En la fiesta celebrada ayer en el C.P. Santa Catalina disfrutaron tanto los más pequeños como los padres. Foto: J.P.

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Al ritmo del «Aserejé» y de «Ave María», entre otras populares canciones, se dio ayer por terminada la Colònia Urbana del Col.legi Públic de Santa Catalina, en la que han participado alrededor de 150 niños y niñas de entre tres y catorce años durante los meses de julio y agosto. Otros siete centros educativos han acogido el resto de colonias urbanas, actividad que ha sido organizada por el Ajuntament de Palma y gestionada por diversas entidades. Las familias con menos recursos también han podido optar a las colonias gracias al apoyo de Serveis Socials. En total han participado 1.800 personas.

El edil de Educació i Joventut del Consistorio palmesano, Jordi Llabrés, disfrutó ayer, al igual que los padres, abuelos y tíos de los pequeños, no sólo con las acompasadas actuaciones de éstos sino también con la impresionante merienda preparada para la ocasión, en la que no faltaron clásicos de las fiestas infantiles como la patatilla, los sandwiches de mortadela y foie-gras, las bebidas gaseosas, los helados varios y las gominolas.

Gracias a las colonias y a los talleres realizados en las mismas, los niños han podido sacar a la luz ese pequeño artista que casi todos llevan dentro construyendo máscaras de yeso o esculturas de barro, preparando disfraces o introduciéndose en los misterios de la danza y el baile. Los padres, por su parte, han estado, para qué negarlo, algo más descansados durante los meses de julio y agosto. Un cartel lleno de colorido, con la inscripción «Fins l'any que ve», presidió la fiesta. Hasta el año que viene, pues.