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Con toda seguridad, muchas personas ignoran que ayer se celebró la Diada de Mallorca. Y no es en absoluto de extrañar si tenemos presente que se trató de un día laborable más. Aunque se llevaron a cabo los actos institucionales propios de una conmemoración como ésta, todo ello queda muy lejos de la mayor parte de los ciudadanos, que siguieron con la rutina cotidiana.

Pese a los intentos de las distintas instituciones, todavía existe una gran confusión entre el Govern balear y el Consell de Mallorca o Govern de Mallorca, y entre las dos respectivas diades. Es cierto que el Dia de les Illes Balears es festivo en toda la Comunitat, pero se celebra igualmente sin pena ni gloria.

Admitiendo que, como todos los años, la Diada de Mallorca ha pasado prácticamente desapercibida para la inmensa mayoría de la población, salvo para los representantes de instituciones y para las asociaciones de la tercera edad, hay que reconocer que el acto central de la Diada, celebrado en el patio de la Misericòrdia, revistió una gran solemnidad. Y se consiguió un impresionante lleno, gracias, precisamente, a la movilización de los colectivos de personas mayores.

Tras la entrega de distinciones a cuatro ilustres mallorquines "Amengual, Bonner, Veny y Madò Buades" hubo el tradicional discurso de la presidenta del Consell. Sus palabras sobre la inmigración merecen ser leídas detenidamente. Los mallorquines deberemos reflexionar acerca del modelo de sociedad que queremos y asumir que a medida que vayan llegando más inmigrantes se corre el peligro de perder nivel de vida, sobre todo cuando las circunstancias económicas no son las deseables. En esta misma línea, Munar subrayó las contradicciones en las que caen, a su juicio, sus socios del Pacte de Progrés y dejó la cuestión sobre la mesa. Para que los ciudadanos reflexionen y voten llegado el momento.