Conseguir fluidez en el tráfico y nuevos espacios para los
peatones. Éstas han sido las dos prioridades del área de Movilidad
del Ayuntamiento de Palma durante los últimos tres años y medio. El
teniente de alcalde de Gobernación, José Manuel Sierra, y los
políticos y los técnicos a su cargo han hecho un balance de lo que
ha supuesto este mandato y han destacado las políticas derivadas de
la aplicación del Estudio de Movilidad como la acción más
importante iniciada.
De todos modos, Sierra y su equipo no lo han tenido fácil. Su
búsqueda de consenso les ha llevado a adoptar medidas menos
restrictivas en algunas ocasiones de lo que les habría gustado, y
en otros se ha producido un enfrentamiento abierto con los
comerciantes, que incluso pidieron su dimisión a Fageda, que no ha
dado siempre el apoyo incondicional que merecían las propuestas del
área de Movilidad. Sierra explicó que «el Estudio de Movilidad
supuso la elaboración de un documento tendente a describir las
necesidades del municipio en materia de movilidad y de circulación
y a proponer, a partir de aquí, alternativas para incrementar el
nivel de equilibrio entre los vehículos privados, el transporte
público y los peatones».
Sin lugar a dudas, la recuperación de algunas calles sólo para
los peatones es la medida con más éxito del área. Se ha conseguido
en parte del passeig del Borne, plaza Juan Carlos I, plaza de Cort,
plaza de Santa Eulàlia, Sant Miquel, plaza de España y convento de
Sant Francesc. Asimismo, se han creado seis nuevas zonas Acire y se
han instalado doce pilones retráctiles. Ésta ha sido la medida más
dura, la que ha servido para demostrar que en esta ciudad los
comerciantes tienen mucho más poder de lo que nadie osaba
imaginar.
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