Manuel Tomás, jefe del servicio de otorrinolaringología (ORL) del
Hospital Son Dureta, reunió ayer, por primera vez, en el salón de
actos del citado hospital, a los pacientes con implantes cocleares
de Balears. El objetivo de la reunión ha sido propiciar el
encuentro de todos los profesionales implicados en el diagnóstico y
tratamiendo de esta patología que hoy permite que un niño sordo de
seis años pueda aprender a tocar el violonchelo. Manuel Tomás
destacó la importancia de «dar una expectativa nueva al complejo
mundo que ha rodeado a estas personas». Este especialista aseguró
que en la actualidad «hemos convertido un auténtico drama en un
disgusto».
Entre los asistentes se encontraba una mujer ecuatoriana, sorda,
que llegó a Mallorca hace dos meses: «Se le ha solucionado un gran
problema», afirmó Manuel Tomás. De la misma manera una mujer de 65
años, sorda de toda la vida, «ahora puede atender una llamada de
teléfono». El objetivo de este encuentro ha sido, por una parte,
reunir a los más de 40 pacientes de las Islas a los que se les ha
practicado el implante coclear, junto con representantes de
asociaciones, como Juan Zamora, presidente de la Asociación de
Implantados Cocleares de España, AICE, y los profesionales que
integran su tratamiento y seguimiento, en especial, los logopedas.
Por otra parte, la reunión tenía el claro objetivo de repercutir en
la gerencia de Son Dureta. Dar a conocer a Luis Carretero y Antonio
Fuster, gerentes del hospital, la cara humana de este problema.
El ritmo de implantes en Balears es de 10 intervenciones al año.
Desde 1999 las pruebas para la detección de la sordera en los
recién nacidos son una práctica obligatoria en este hospital y, hoy
en día, también para todos los centros privados. La sordera es una
de las incapacidades más importantes ya que el sordo tiene muchos
problemas, sobre todo, en lo que se refiere a la adquisión del
lenguaje. Esto ha propiciado que su grado de aislamiento muchas
veces derive en patologías de carácter psicológico. Hasta hace
pocos años, la única alternativa para las personas que tienen
afectado el oído interno, pacientes con sordera profunda, consistía
en el aprendizaje del lenguaje de signos. En la actualidad, las
ventajas que ofrece el equipo médico de Son Dureta, empiezan por un
diagnóstico precoz de la sordera. Todos los niños recién nacidos
pasan por una sencilla prueba que permite establecer si padece
algún tipo de patología en la cóclea.
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