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La Conselleria de Treball i Formació, presidida por Miquel Rosselló, está estudiando la posibilidad de romper la actual estructura de la red de oficinas que el Servei d'Ocupació de les Illes Balears (SOIB) comparte con el Instituto Nacional de Empleo (Inem), desde que el Ejecutivo balear aceptó las transferencias de las políticas activas de empleo, el 1 de enero de 2002. Así lo confirmó ayer Pere Mascaró, director del SOIB, quien reconoció que «nos hemos dado cuenta de que en nuestro afán de no perjudicar a los trabajadores no hemos sabido diferenciar cuál era nuestra labor -las política activas de potenciación de empleo- y cuál la del Inem -pago de las prestaciones por desempleo- y ahora estamos pagando las consecuencias», dijo Mascaró.

El director del SOIB afirma que «la situación que estamos viviendo se está haciendo insostenible, por cuanto, la mayoría de los ciudadanos que acuden a las oficinas que son del SOIB, pero que estámos compartiendo con el Inem, creen que todo es lo mismo», dice Mascaró y argumenta que «incluso nuestros propios funcionarios nos han manifestado su malestar por el hecho de tener que estar recibiendo las quejas de las personas que, por una u otra razón, tienen problemas a la hora de solucionar la tramitación de sus prestaciones», comenta.

La propuesta que el director del SOIB piensa presentar a la ejecutiva del organismo autónomico y posteriormente a la directora general del Inem, Dolores Cano, es la separación de las oficinas de ambos organismos e incluso «nos planteamos la posibilidad de abrir seis o siete oficinas nuevas en Palma», sin descartar el llegar a acuerdos puntuales con los ayuntamientos de las Islas.