Setenta y cinco de un total de 299 especies de vertebrados de
Balears (un 25 por ciento) están amenazadas, entendiendo como tales
las que se enfrentan a un riesgo de extinción. Estas especies se
reparten de la siguiente manera: 41 aves, 27 mamíferos, 5 reptiles
y 4 anfibios.
Los vertebrados de Balears presentan altos porcentajes de
especies amenazadas, que en el caso de los mamíferos y los anfibios
superan el 50 por ciento.
La fauna de mamíferos de Balears la componen 46 especies y 2
subespecies, de las cuales 17 han sido introducidas por el hombre.
Éstas son la totalidad de la fauna terrestre a excepción de la foca
monje (Monachus monachus), que se puede considerar extinguida.
Entre los mamíferos, de los 48 taxones (unidades de clasificación
biológica) existentes en Balears, 27 (un 56 por ciento) presentan
algún grado de amenaza. El resto de especies se consideran seguras.
Entre estos mamíferos, 7 de las 13 especies de cetáceos están
incluidas en las categorías de amenaza (en peligro crítico, en
peligro, vulnerable, amenazada): cachalote, delfín de Risso, delfín
listado, delfín mular, delfín común, rorcual común y marsopa. Los
principales problemas de conservación que afectan a los grandes
cetáceos son las explotaciones abusivas, mientras que los pequeños
se ven afectados por la contaminación y las redes de deriva. La
actividad pesquera de las Islas, con predominio de la flota
artesanal, parece no ocasionar graves efectos entre los cetáceos,
excepto en el caso del delfín mular. Aun así, el delfín común sufre
una alarmante regresión en nuestro mar.
En los quirópteros (murciélagos) se ha detectado la destrucción
de refugios, mientras que, en los mamíferos terrestres, la gineta
de Eivissa aparece como vulnerable.
En Balears están presentes cuatro especies de anfibios, de las
cuales sólo el «ferreret» (Alytes muletensis) es autóctona y
anterior a la llegada del hombre a las Islas. Las otras tres
especies, sapo verde (Bufo viridis), ranita meridional (Hyla
meridionalis) y rana común (Rana perezi) fueron introducidas con
posterioridad, aunque fuera en tiempos prehistóricos. «Fereret» y
sapo verde se encuentran amenazados.
Los anfibios son muy vulnerables a la alteración, contaminación
y degradación de sus hábitats. La explotación y salinización de
acuíferos, la desecación de albuferas y zonas húmedas, y la
contaminación de torrentes y cauces han disminuido gravemente la
calidad y extensión de sus aguas. Los insecticidas del tipo DDT,
bien por ingestión directa o a través de sus presas, produce la
muerte de estas especies o una disminución de la fertilidad y de la
resistencia a enfermedades. La introducción de la rana común por el
hombre ha contribuido al retroceso del «ferreret», ya que depreda
sus larvas. El «ferreret» se encuentra en «peligro crítico» y el
sapo verde se considera «vulnerable».
La población autóctona de reptiles terrestres es muy escasa. Hay
dos largatijas endémicas, la balear y la ibicenca. La introducción
de especies competidoras y depredadores han confinado la lagartija
balear a islotes de Mallorca, donde alcanza densidades elevadas.
Por su parte, los incendios afectan especialmente a las tortugas
terrestres por su escasa movilidad. Los atropellos y la destrucción
directa de sus hábitats tienden a aumentar.
Cinco especies de reptiles de un total de 14 están amenazadas en
Balears (un 36 por ciento): tinglar (la tortuga marina más grande
del mundo, Dermochelys coriacea), tortuga boba (también marina,
Caretta caretta, víctima de la actuación del hombre en las playas,
la contaminación marina, los derrames de petróleo y las capturas
accidentales), la tortuga mora (terrestre, Testudo graeca), la
tortuga mediterránea (terrestre, Testudo hermanni) y la lagartija
balear (Podarcis lilfordi).
Finalmente, en lo que respecta a la avifauna balear, de un total de
233 taxones identificados, excluyendo las especies consideradas
accidentales, divagantes e introducidas, 41 se consideran
amenazadas (un 18 por ciento), aunque algunos estudios amplían este
número a 67 al incluir las de menor riesgo y las que no cuentan con
datos suficientes.
Son de destacar las tres especies extintas y las cuatro catalogadas
«en peligro». El pigargo, el águila real y el águila perdicera eran
las tres rapaces, junto al buitre negro o «voltor», más imponentes
de la avifauna de Balears, y las tres han desaparecido por causas
relacionadas directa o indirectamente con el hombre.
Las cuatro especies «en peligro» son la pardela balear o
«baldritja», el avetoro o «queca» (también «bitó»), la cerceta
pardilla o «sel·la marbrenca» y el milano real o «milana». Es
decir, un ave marina (pardela), dos aves acuáticas (avetoro y
cerceta pardilla) y una rapaz (milano real).
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