El polideportivo de Agualada (Parroquia perteneciente al Concello
de Coristanco, 45 Km. al Suroeste de A Coruña y a 30 Km de
Camariñas) es el lugar que se le ha asignado a la unidad balear
para establecer su base y desde donde cada mañana parten para
iniciar las labores de limpieza de chapapote en las playas
gallegas, según informó la Comandancia General de Balears.
A decir de ésta, se necesitaron máquinas excavadoras para abrir
una vía de entrada desde tierra, hacia las playas de Coido del
Cuño, a 10 Km. de Muxía, donde desde el pasado sábado día 25, 100
militares pertenecientes a la Comandancia General de Balears
participan en las operaciones de recogida y limpieza de
hidrocarburo que las Fuerzas Armadas están realizando en la costa
Gallega desde el 27 de Noviembre.
A pesar de la dureza climatológica y del trabajo, en Coido del
Cuño no son grandes cantidades de fuel las que cada día se encargan
de sacar los militares, hombres y mujeres de Balears, sino que se
realiza ese trabajo tan poco agradecido, de cara a las cifras, de
ir con la espátula, piedra por piedra, rincón por rincón, para que
no quede rastro de hidrocarburo en la zona (29 Toneladas recogidas
hasta la fecha). Hace poco mas de una año ayudaban en Mallorca al
restablecimiento de las infraestructuras básicas dañadas por el
temporal que azotó las Islas o colaboraban en la extinción de los
incendios forestales.
A las 6.45 h. se ponen en pie. A las 09.00 h., después de una
hora de trayecto en autobús hasta las playas, ya están en la zona y
dispuestos para iniciar la jornada. A partir de ese momento
comienza el trabajo, mucha ilusión, fuerza de voluntad y un
sentimiento de solidaridad con el pueblo gallego. Sabiendo que se
ayuda a gente que lo necesita, todos trabajan con las mismas ganas
que Juan Pazos, soldado coruñes nacido en Barizo, a pocos
kilómetros de Agulada, y que está destinado en el Regimiento de
Infantería Palma 47. Los avatares de la vida le han llevado a
Mallorca y ahora, junto a sus compañeros, limpia las playas de su
querida Galicia. Todos se sienten gallegos. Esas ganas pasan
factura, ya ha tenido que suministrarse oxígeno por mareos y
realizar una evacuación hospitalaria.
Trabajando con ese convencimiento se puede soportar la jornada,
no se parará hasta las 16.00 horas, salvo pequeños descansos en los
que los compañeros responsables de la cocina les darán de beber y
algo de comer, frutos secos, chocolate. Hay que mantener la energía
hasta la primera comida y ésta no se tomará hasta que no finalice
el trabajo en la playa. Llegado el momento y una vez despojados del
equipo y limpio el material, un par de bocadillos son suficientes
para aguantar hasta la hora de la cena. Se llegará al polideportivo
de Agualada pasadas las 18.00 horas. Hay que ducharse
obligatoriamente para eliminar cualquier rastro de hidrocarburo y
aprovechar el poco tiempo libre de que se dispone para descansar y
estar en condiciones de continuar con el mismo ritmo al día
siguiente.
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