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En la mañana del segundo día de la II Fira de la Ciència de les Illes Balears, los pasillos de la carpa situada en la calle Capità Salom, estuvieron abarrotados, a pesar de que sobre las 14.00 horas muchos expositores cesaron su actividad hasta después de la comida. En los expositores del Museo de Mallorca se podía observar a un grupo de adolescentes que luchaba por encajar una serie de piezas de cerámica. «Todavía no sabemos lo que es, pero parece un plato», dijo una pareja de estudiantes del colegio Puig de Sóller, al preguntarles por lo que estaban restaurando. En palabras de los responsables destand: «Nos sentimos muy satisfechos porque desde que se han abierto las puertas ha acudido una gran cantidad de personas; hemos llegado a estar desbordados, lo que significa que la historia interesa a los chicos». Rebeca, Jessica y Liseth, tres niñas del colegio Gabriel Vallseca, realizaron preciosos dibujos con acuarelas, «son hormigas de colores que hemos pintado con los dedos, también hay otra plantilla, pero no sabemos lo que es». En esta caseta se trata de acercar a los niños el concepto de medio ambiente y como puede convivir con la tecnología de forma harmoniosa. Los niños más pequeños, hasta seis años, disfutaron junto a educadoras y responsables, mientras elaboraban juguetes a partir de diferentes alimentos. Las carpas para alumnos a partir de los catorce años, se mostraban muy animadas con grupos de niños que experimentaban con diferentes sustancias, las reacciones de ácidos y bases. Francisco, Toni y Pep miraban atentamente como la monitora vertía unas gotas de ácido sobre una piedra, que al instante reaccionaba: «acabamos de llegar y todavía no nos han explicado porqué sucede esto, pero nos vamos a quedar a escucharlo», explicó uno de los componentes del grupo. En general, todas aquellas personas que, curiosas, se acercaban a buscar una respuesta sobre porqué suceden semajantes fenómenos, afirmaron estar aprendiendo mucho sobre cosas que ven cada día pero que no se paran a meditar. Sin duda, la feria será una experiencia profundamente educativa para todos aquellos alumnos que la visiten.
IRENE M. PERY