Escrito por Jaume Sastre, las memorias de Cañellas desvelan hechos
inéditos de la trayectoria política del primer president de
Balears. Sus relaciones familiares, sus estudios en Montesión, su
llegada a Deusto reflejan la personalidad del antiguo líder del PP.
Sin embargo, aquel joven político de Alianza Popular que fracasó en
las elecciones municipales de Palma hizo su aparición estelar en la
política balear en 1983 cuando, de manera inesperada, consiguió la
presidencia del Govern.
«Aquellos que éramos los proscritos de la autonomía fuimos los
que gobernamos la Comunitat», recuerda Cañellas en sus memorias. Y
llegó su primer discurso para ser investido presidente. En aquella
ocasión, Ultima Hora desveló que en el texto que había Cañellas en
el Parlament tenía 1.497 faltas de ortografía. Los primeros años de
gobierno, sus relaciones con Jeroni Albertí, las dificultades para
encontrar un edificio que fuese la primera sede del Parlament, y
las estrecheces que tuvieron que soportar los primeros integrantes
del Govern -todos estaban en los despachos del Consolat- son
algunas de las cuestiones que cuenta Cañellas en sus memorias.
La relación entre Cañellas y Felipe González también merecen un
apartado especial en las memorias. Así, Cañellas recuerda que
González «es una persona que tiene una dialéctica y una capacidad
de conquistar a la gente». Si algo admira especialmente Cañellas es
la habilidad política de Maria Antònia Munar, la persona que él
mismo echó de su gobierno en septiembre de 1992. Para Cañellas,
Munar «ha sido el competidor más duro» que ha tenido. ¿Y los
anténticos motivos de la destitución de Munar? La discusión de los
presupuestos de 1993 fue decisiva. Munar consideraba que su
departamento necesitaba más dinero -1.000 millones de pesetas- y
acabó fuera del Gobierno. «No jueges con fuego porque esto no te lo
puedo admitir», le advirtió Cañellas.
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